Sarkozy y Hollande, dos propuestas diferentes que marcarán el futuro de Francia y de Europa
Los primeros datos de participación arrojan un porcentaje del 30,66% hasta las 12 de la mañana
La tasa de participación a mediodía en Francia metropolitana era del 30,66%, más de dos puntos de diferencia con respecto a la misma hora de la primera vuelta, lo que significa que los franceses se movilizan como es habitual en este tipo de escrutinio. No obstante, la cifra de hoy es inferior al 34,11 registrado en 2007 -cuando se produjo una movilización excepcional con el duelo Sarkozy-Royal- y muy superior a la registrada en 2002, el 26,2%, en la que Le Pen padre dio la sorpresa al disputar la Presidencia a Jacques Chirac.
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Desde mediodía del sábado hora de París, votan de manera sucesiva los franceses de los territorios de ultramar y que residen en el extranjero. De momento, en lugares como St. Pierre et Michelon, Guayana o Polinesia, aunque la participación es inferior a 2007, se están registrando tasas de participación superiores a la primera vuelta, lo que confirma la tendencia apuntada por las encuestas de que la abstención rondará el 18%. Lo que da muestra el interés por un escrutinio que es decisivo no sólo para el futuro de Francia sino también para Europa. Algunos, como el economista e historiador, Nicolas Baverez, definen la cita en las páginas de Le Figaro como un voto histórico en el que Francia se juega permanecer entre las potencias desarrolladas o su inexorable declive.
La victoria anunciada de François Hollande supondría, como él mismo destacó en sus últimos mítines de campaña, una alternativa a la política de ajuste y austeridad diseñada por el directorio Merkel-Sarkozy como medio de enfrentarse a la crisis económica y resolver los problemas de la zona euro.
En caso de sorpresa, la reelección de Nicolás Sarkozy, con una campaña sumamente escorada a la derecha, con una clara defensa de la nación frente a la economía globalizada y de las raíces judeocristianas frente a la sociedad multicultural, supondría un repliegue de Francia en sí misma que podría fortalecer en el corto plazo su recuperación pero degradaría su imagen como referente universal, ya que es muy probable que para gobernar -tras las elecciones legislativas de junio- la derecha "gaullista" tendría que llegar a algún tipo de colaboración con la derecha populista y extrema que representa Marine Le Pen.
El voto de los candidatos
François Hollande ha sido el más madrugador y ha pasado por las urnas alrededor de las diez de la mañana. Una hora después llegaba a su colegio electoral Nicolas Sarkozy acompañado de Carla Bruni. Los dos candidatos almuerzan tras haber votado. Sarkozy en el Elíseo y Hollande en Tulle, en el restaurante Le Central, donde ha bromeado sobre no encontrar un vino del 81: el año en que ganó François Mitterrand, único presidente de izquierdas de la Vª República.