Digitales no aptos para niños
Es hora de acabar con el mito de que los relojes digitales son la versión barata y simplona de sus compañeros analógicos.
Dos modelos de reloj de Diesel y Adidas(El Corte Inglés)
Que su mecanismo esté compuesto por tecnología puntera en lugar de diminutas pero complicadas maquinarias no significa que su valor tenga que ser necesariamente inferior.
La mejor prueba de ello la encontramos en relojes como el Halda Space Discovery, un exclusivo modelo de edición limitada testado en el espacio y cuyo precio alcanza los 9.900 euros. Vale que es una excepción, pero lo importante es que existir, existe.
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Por suerte, para lucir un buen modelo digital en nuestra muñeca no hace falta gastarse auténticas fortunas, ya que las características técnicas de su interior permite fabricarlos en serie y, por lo tanto, reducir costes. De ahí que sean conocidos como verdaderos accesorios todoterreno.
Esto es algo que hemos podido comprobar desde niños con los famosos relojes Casio, los modelos básicos resistentes al agua y función cronómetro que aguantaban sin rechistar el chute de energía a los que los sometíamos. Curiosamente, la nostalgia ha hecho que esta casa relojera se haya puesto otra vez de moda, y ya sea en su versión de colores de plástico, o los bañados en una capa dorada, la mayoría de jóvenes modernos enseñan con orgullo sus últimas adquisiciones.
Aunque es en el mundo deportivo, en el que la pasión por las pantallas digitales adquiere su máxima expresión. Firmas como Adidas o Puma han diseñado colecciones enteras específicas para la práctica de algún deporte como los AdiZero, relojes muy ligeros indicados para el running que, a parte de las funciones básicas, incorporan memoria de 100 vueltas o temporizadoras de intervalos.
Esto no significa que la noche y la fiesta no casen bien con lo digital. De hecho, gracias a firmas como Diesel, que apuestan siempre en sus accesorios por un diseño elegante, urbano y limpio, este tipo de relojes están muy bien vistos. Sobre todo ahora que, con el calor veraniego, las probabilidades de acabar en la piscina sin tiempo a quitarse nada suben exponencialmente.
