Un año sin Amy Winehouse
Este lunes se cumple un año de la muerte de la cantante británica
El 23 de julio de 2011 la Policía Metropolitana encontraba muerta a Amy Winehouse (1983), la gran estrella británica tenía 27 años y acababa de cancelar su gira europea por problemas de salud. En apenas un lustro de carrera musical Amy Winehouse había ganado seis Grammy y dos Brit Award con la edición de sus dos primeros álbumes.
Más información
- La música es cada vez más previsible
- La última grabación de Amy Winehouse
- Desaparecen enseres de la casa de Amy Winehouse
- Amy Winehouse, número uno en ventas en el Reino Unido
- La vida de Amy Winehouse sobre las tablas del teatro
- El Teatro Real Danés se queda sin obra sobre Amy Winehouse
- El hogar de la familia Daptone
- Dos años sin Amy Winehouse
Hoy Camden Town, el mítico barrio londinense, está de luto, triste por los recuerdos de aquella tarde de hace un año en la que la noticia de la muerte de Amy se esparcía por todo el barrio. Aquella noche centenares de amigos y seguidores se despedían entre lágrimas de su vecina más célebre. Esa chica de aspecto rudo, malos modales y fiel a los excesos había cautivado al mundo con la fuerza y la tristeza de sus canciones.
Ha pasado un año pero parece que fue ayer, quizá porque Amy, como toda presa mediática, no ha terminado de irse. Primero por las miles de informaciones sobre la causa de su muerte, luego por el tardío informe toxicológico, más tarde por la apresurada edición de aquellas canciones que no mucho antes habían sido rechazadas. El mundo puso su cara triste y siguió consumiendo a Amy, sus cenizas, sus restos. La vida de Amy Winehouse, su trágica historia, las miles de portadas de los tabloides, todo aquello, había trascendido su propia música. Daba igual que fuese cantante que actriz o modelo, era una chica joven que corrió demasiado y el propio peso de su tragedia acabó devorándola como años antes les había sucedido a Janis Joplin, Kurt Cobain, Jimi Hendrix o Robert Johnson, todos ellos fallecidos a los 27 años.
Al margen de todo aquello está su música, dos discos (Back to black y Rehab) que volvieron a situar al soul entre las listas de éxitos. Amy Winehouse derribó una puerta por la que luego han pasado otros, algunos más mayores como Sharon Jones o Lee Fields, otros más próximos a su edad como Eli 'Paperboy' Reed o Adele. Muerto el mito su obra queda cerrada, sin margen de error o sin algún disco malo que empañase su leyenda. Con el tiempo será un nombre más en la larga lista de músicos y artistas que vivieron deprisa, corriendo a un destino funesto que muchos vieron pero que nadie pudo evitar. Sus canciones seguirán sonando en las radios, en los bares, habrá músicos que les darán nuevas formas, pero todo ello ya pertenece a la historia, a la historia triste de un chica de 27 años que se comió el mundo y que fue devorada.