El Málaga logra su debut soñado ante el Zenit

El debut en la élite del fútbol europeo, la Liga de Campeones, siempre permanece en la memoria de los aficionados de un equipo. Los seguidores del Málaga tendrán para siempre un bonito recuerdo, ya que el conjunto andaluz ha vencido en su estreno en Champions al Zenit de San Petersburgo, en teoría, el rival más difícil del grupo debido al bajo nivel del Milan.

El Málaga demuestra que se encuentra en un estado pletórico. Después de un verano complicado, está segundo en la Liga por detrás del Barcelona. Con esa confianza se presentaba en la competición de los grandes de Europa. Debía demostrar que merece estar ahí y lo hizo. Con el apoyo de un público entregado, el equipo de Pellegrini pone la primera piedra en su sueño de Champions.

No defraudó a nadie. Es difícil empezar mejor en una nueva competición. Antes de que le diese tiempo a ponerse nervioso por la importancia del partido, Isco anotó un golazo a los tres minutos. El centrocampista ya figura en la historia del club al ser el primer goleador blanquiazul en la máxima competición continental. Recibió en la parte izquierda del área, dejó atrás sin problemas a Anyukov, se perfiló para rematar con su pierna derecha y anotó un tanto precioso por el palo largo de la portería defendida por Malafeev. El inicio soñado por los aficionados malaguistas era una realidad. No obstante, el equipo no podía confiarse, ya que el Zenit no tardó en dar el primer susto. Apenas dos minutos después del gol de Isco, Hulk disparó un trallazo que impactó en el larguero. El brasileño, fichaje estrella del equipo de Spalletti para esta temporada, era la principal preocupación de la defensa local por su potencia y velocidad.

Cuando los rusos se animaban a presionar arriba, los locales asestaron a su rival un golpe que les dejó noqueados. Era el debutante, pero no lo parecía, porque a los trece minutos, Saviola puso el 2-0 en el marcador. Fue un tanto al más puro estilo Pellegrini. Jugando al toque, manteniendo la posesión del balón; el balón llegó a Jesús Gámez en la parte derecha del área del Zenit. El lateral, como si de un mediapunta se tratase, puso un pase medido entre los centrales que el 'Conejo' remató a placer para anotar un tanto de tranquilidad.

Con el paso de los minutos, los malagueños bajaron el ritmo y cedieron intencionadamente la iniciativa del juego al Zenit. El objetivo era claro: Jugar al contragolpe y aprovechar los espacios que dejaban los rusos en defensa. Especialmente sorprendió el rendimiento de Bruno Alves. El central portugués falló en el primer gol de Isco y en el resto de jugadas se le veía falto de velocidad. Pero el Zenit no dejaba de intentarlo. A los cuarenta minutos, Willy Caballero impidió que los rusos acortaran distancias con una estirada por bajo tras un disparo venenoso de Kerzhakov. Con ese aviso se llegó al descanso.

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En el inicio de la segunda parte, el equipo del Este siguió llevando la iniciativa, pero el Málaga volvía a tener las ocasiones más claras. El tercer tanto estuvo a punto de llegar por medio de Eliseu, pero el portugués no supo definir un mano a mano ante Malafeev. Los locales estaban perdonando y eso tenía peligro, porque el contrario podía coger confianza. Lo cierto es que al conjunto español le pasó factura su inicio demoledor de partido. Pero cuando más apurado estaba, Willy Caballero volvió a aparecer. El meta se tiró al suelo para evitar el remate de Kerzhakov dentro del área. No tuvo muchas apariciones, pero en las que tuvo fue decisivo. Al Málaga le convenía dormir el partido. Y para ello necesitaba a Isco. Precisamente el centrocampista fue el autor de una jugada preciosa. En una de sus habituales caídas a la banda izquierda, el español regateó a Anyukov con una elástica, al más puro estilo Ronaldo o Ronaldinho. Fue una auténtica delicia para el espectador. No fue gol pero gestos técnicos así son los que hacen que valga la pena ir a ver un partido al estadio.

Esa maravillosa jugada solo fue un aviso. Una advertencia del golazo que iba a suponer la sentencia de una noche inolvidable. Como no podía ser de otra manera, Isco llegó desde la segunda línea, se plantó en la frontal y, con un disparo sensacional, batió por segunda vez la portería rusa. Era el minuto 76 y el encuentro estaba sentenciado. La afición lo sabía y se puso a festejarlo con cánticos. La ocasión lo merecía. Nadie sabe si se clasificarán para la siguiente ronda o no volverán a ganar ningún partido, pero la ilusión que va a tener lo que resta de semana no se la quita nadie.

Incluso se dio el gustazo de seguir atacando. Joaquín tuvo a su merced el sonrojante 4-0, pero falló un pase de la muerte. Malafeev volvió a estar brillante, al igual que en un remate de cabeza de Duda. El portero visitante fue el mejor de su equipo. No era muy difícil, ya que ningún jugador llegó a brillar. El guardameta salvó a su equipo en multitud de ocasiones, sobre todo por la actuación horrible de su defensa. La jugada en la que Hulk fue sancionado por fingir un penalti lo simboliza todo. Con esa estampa acabó el partido. El pitido final dio paso a las celebraciones. El Málaga ya tiene una nueva página en su historia. Lo mejor de todo es que es exitosa.

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