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Análisis:

Google toca la fibra

Google es el lider de los buscadores a nivel mundial(Reuters)

La compañía de Mountain View acaba de anunciar la oferta comercial de Fiber, una red de fibra óptica hasta el hogar (FTTH), Google, la empresa que nació con el ambicioso plan de organizar toda la información del mundo, parece que aspira también a convertirse en un operador de infraestructuras y a no dejar en manos de terceros el acceso a toda esa información y, menos aún, el negocio que lleva asociado.

La compañía de Mountain View acaba de anunciar la oferta comercial de Fiber, una red de fibra óptica hasta el hogar (FTTH), que se lanzará inicialmente en Kansas City para ir desplegándose paulatinamente por el resto de grandes núcleos urbanos de EEUU.

En esta primera fase, los ciudadanos de Kansas City que hayan hecho su prescripción y abonado 10 dólares como adelanto podrán tener acceso en los próximos meses a la red de alta velocidad que Google está desplegando. La oferta Premium recién presentada ofrece por 120 dólares mensuales conexión de 1 gigabit, tanto de subida como de bajada, servicio de TV, almacenamiento de 1 terabyte de datos en Google Drive, decodificador, DVR y una tableta Nexus 7 que servirá de mando a distancia. Visto desde aquí, una oferta difícilmente igualable.

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Google no compite por el acceso, o mejor dicho, no sólo. Su intención es profundizar en la creación de un ecosistema digital, como están haciendo sus competidores, principalmente Apple y Amazon, y con los ojos puestos en el control de la pantalla de Tv, en definitiva por el control del lucrativo mercado de los contenidos audiovisuales.

En este sentido, a la lista de sectores damnificados por Google se podría añadir, de tener éxito en su iniciativa, el de las telecos y muy especialmente el de los cableros. Afortunadamente para ellos el proyecto tardará todavía unos meses en estar disponible para los ciudadanos de Kansas y varios años en llegar a las principales ciudades de los EEUU. La compañía tiene previsto ampliar el servicio a otras ciudades y su desarrollo se llevará a cabo según la demanda de preinscritos. Sin embargo, la primera reacción de los operadores ha sido depreciar los riesgos, argumentando la inversión necesaria, estimada en más de 200.000 millones de dólares, para el desarrollo de una red de fibra a lo largo del país. Una cantidad nada despreciable incluso para las repletas arcas de Google. Sin embargo, harían mal en despreciar la capacidad de transformación de modelos establecidos.

En Europa las telecos saben desde hace tiempo que el acceso se está convirtiendo en una commodity y que si su modelo de negocio pasa solo por la gestión de la red terminarán prácticamente siendo irrelevantes en el negocio de Internet. Por ello llevan tiempo repensando sus negocios y apostando por la convergencia con la industria de contenidos y la de servicios digitales. Su futuro depende de ello.

La iniciativa de Google por entrar también en el negocio como proveedor de acceso (ISP) podría representar un cambio sin precedentes y plantear un nuevo escenario para el futuro de la red. En este nuevo escenario, aunque ahora no pase de mera especulación, aparecen algunas incertidumbres en el horizonte. Por su propia naturaleza, el buscador ha sido desde su nacimiento uno de los mayores defensores de la neutralidad de la Red, uno de los conceptos fundamentales para entender el auge de Internet, y del que venimos hablando desde hace tiempo. Sin embargo, si en unos pocos años se hace efectivo el despliegue en las ciudades mas importantes de EEUU, esta posición podría verse comprometida.

La inversión necesaria requerirá un fuerte apalancamiento de la compañía, llegado el caso podría surgir un conflicto de intereses que le llevará a ejercer una posición de fuerza respecto a a su competidores que le convertiría en proveedor de acceso, de servicios y contenidos. El escenario no parece descabellado. Hay que recordar que con anterioridad Google ya matizó su inquebrantable apoyo a la neutralidad de red con respecto a las redes móviles por tratarse, según su argumentación, de un mercado mas competitivo y abierto.

Aunque aun es muy pronto para saber cómo evolucionará este ambicioso proyecto, a lo largo de su corta pero intensa historia cuando Google ha tenido que decantarse entre los ideales y sus intereses, sabemos cuáles han prevalecido. Hay motivos para cierto grado de preocupación, lejos quedan los tiempos del "don?t be evil" y Google en esta ocasión ha tocado la "fibra más sensible".

 
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