El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, defendió el martes los Presupuestos generales del Estado para 2013 afirmando que las cuentas públicas son las «más sociales de la historia de la democracia española». El «truco» para que el ministro defienda este argumento es que el Gobierno contabiliza ahora el gasto social de otra manera. El método normal para medir qué parte del gasto en los presupuestos es gasto social es sumar todos los gastos sociales (pensiones, desempleo, vivienda, sanidad...) y compararlos con el total del gasto. Pero para 2013 el Gobierno de Marino Rajoy ha introducido una novedad: el gasto social se compara con el total del gasto menos el pago de los intereses de la deuda. Ésta es una partida abultadísima, 38.000 millones, y al no tenerla en cuenta se infla el peso del gasto social, y de ahí sale el 63,6% de gasto social que dice el Gobierno. Si se utilizara para 2013 el mismo método de cálculo que se usó en los años anteriores, ese porcentaje se reduciría al 55,9%. Esto es, con el método de cálculo habitual, el presupuesto de 2013 es menos social que el de 2012 (entonces era el 56,2%) y que el de 2011 (58%).