David Ferrer reina en Valencia tras superar al imprevisible Dolgopolov
El jugador alicantino gana 'su' torneo (6-1, 3-6 y 6-4 ) tras superar en una disputada final al ucraniano Dolgopolov
El tenista alicantino David Ferrer celebra su victoria sobre el ucraniano Alexandr Dogopolov en la final del Valencia Open 500(EFE)
Partido de antagonismos en el Ágora del Open Valencia. La batalla se presentaba en forma de incógnita entre dos jugadores cuyos patrones tenísticos son opuestos. David Ferrer, más experimentado y curtido arrancó partido más seguro, centrando su juego en el físico y la convicción; el ucraniano por el contrario pecó de inexperto en finales y lo pagó caro
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La primera manga fue una especie de aperitivo para el público, ligero, rápido, a casi nadie dejó satisfecho. David Ferrer lo tenía todo de cara frente a un rival que le perdió la cara al choque al verse con un break abajo. 6-1 para el alicantino y sensación agridulce en la grada por la buena actitud del héroe local y lo vertiginoso del choque.
Dolgopolov es uno de esos tenistas que se salen de lo común, un improvisador, un jugador que solo mira el guión de vez en cuando para hacer una idea de cómo debe jugar. La fragilidad mental que tanto lastró su juego en el primer parcial desapareció al arrancar el segundo. El de Kiev empezó a sacar lo mejor de su repertorio cuando el Ágora más lo necesitaba.
Los puntos acababan en la red, casi siempre del lado del 'Dolgo', que logró sacar de los nervios al gran favorito pegando fortísimo a la pelota y buscando las rayas. Ferrer corría y corría tras la pelota buscando su oportunidad, pero el 3-0 en contra era demasiada ventaja para un jugador que había crecido sobremanera del primer al segundo set. 3-6 para el ucraniano; torneo al mejor de un set.
Hasta ese momento nunca habían coincidido en la pista las dos mejores versiones de los jugadores, sin embargo el tercer set tenía reservado posiblemente el mejor rato de tenis de la semana. Cada uno a los suyo. Ferrer construyó un muro de frontón que devolvía todo mientras Dolgopolov era más como una escalera, buscando a cada golpe una solución para sobrepasar el muro.
El partido se convirtió en una batalla preciosa en la que Ferrer ponía la garra y Alex la valentía y el descaro. Discurrió equilibrado hasta el final, se sucedieron los puntos de ruptura, los pequeños milagros, y las peticiones de ojo de halcón, que tuvo más trabajo que nunca. Finalmente, y espoleado por el fervoroso público, David hizo gala de su tremendo físico y dilatada experiencia para imponerse 6-4.
De esta forma Ferrer gana su sexto título del curso igualando a Roger Federer y gana moral de cara a Paris Bercy y la final de la Davis, un reto al que irá como gran esperanza de la armada. Su rival, Dolgopolov, se queda a las puertas de su segundo título en un año en el que presumiblemente acabará entre los 20 primeros del ranking.
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