Búfalos disecados y colmillos de elefante, entre los trofeos encontrados de Díaz-Ferrán
Encuentran más de 100 trofeos de caza de Díaz-Ferrán y Gonzalo Pascual
La Policía Nacional ha encontrado en una nave de Ángel de Cabo numerosos bienes de lujo y más de 100 trofeos de caza de Díaz-Ferrán y de su socio ya fallecido, Gonzalo Pascual. Una muestra de la opulencia exhibida en otros tiempos por los poderosos dueños de Marsans, que no dudaban en organizar safaris a África para cazar las piezas más codiciadas y colgarlas de las paredes de sus lujosas mansiones o de las villas de sus fincas cinegéticas en Toledo o Portugal. Allí se reunían en batidas periódicas con lo más granado de la sociedad y alardeaban de los trofeos obtenidos. Como con el resto de propiedades, ahora pretendían venderlos para evitar su embargo y eludir a los acreedores.
Más información
- El juez Velasco interrogará el miércoles a Díaz-Ferrán y al resto de acusados
- Detenido Gerardo Díaz-Ferrán acusado de alzamiento de bienes y blanqueo de capitales
- Díaz-Ferrán y los otros ocho detenidos en la 'operación Crucero' declaran este miércoles en la Audiencia Nacional
- Los cazadores furtivos matan cada año 12.000 elefantes en África
- La Audiencia Nacional rebaja a 10 millones la fianza para Díaz-Ferrán
Leones disecados, leopardos, antílopes, ciervos de medalla, cabezas de búfalo y hasta de elefante. Así hasta más de un centenar de trofeos de caza mayor, piezas abatidas en su mayoría en África sobre todo por el ya fallecido Gonzalo Pascual, pero también por Díaz-Ferrán, que han sido encontradas en la nave industrial de Ángel de Cabo en Valencia. Los agentes han encontrado también un par de colmillos de elefante en el registro practicado.
Ángel de Cabo, supuestamente, pretendía vender estos bienes y repartirse después el dinero con Díaz-Ferrán, para que no cayeran en manos de los acreedores. Idéntica forma de proceder que con el resto de patrimonio del expresidente de la CEOE.
Los agentes también han encontrado numeroso mobiliario de lujo en la nave de De Cabo, que pertenecía a los antiguos socios de Marsans, y que iba a correr la misma suerte que los trofeos de caza.
Según fuentes jurídicas, todo será vendido para poder pagar a los acreedores. Todo menos los colmillos del elefante, cuyo comercio es ilegal y no podrán ser subastados.