El padre de Gao Ping supervisaba la llegada del dinero blanqueado a China

El padre de Gao Ping, apodado como "profesor Huang", era uno de los encargados de supervisar la llegada a China del dinero blanqueado por el entramado empresarial de su hijo en España. Gestionaba el dinero ubicándolo en distintas cuentas bancarias y supervisando su correcta llegada y distribución, en ocasiones en efectivo y a la empresa Gold City.

El padre de Gao Ping también cumplía un papel protagonista dentro del entramado empresarial de blanqueo de capitales: apodado como "profesor Huang", era el encargado de controlar y verificar la llegada a China del dinero blanqueado en España por su hijo, para después gestionar su distribución por distintas cuentas bancarias, también cuando el dinero llegaba en efectivo. Después, otra llamada desde España confirmaba el uso que se le daría a ese dinero, generalmente pagar deudas con proveedores e inversiones en el sector inmobiliario. También era el presidente del grupo ITC en China, dedicada a la importación y exportación y con control sobre 13 empresas.

El nueve de noviembre de 2011, el "profesor Huang" confirma a Weijung, mano derecha de Gao Ping, la llegada de un envío de 200.000 euros, al mismo tiempo que anuncia que se hará cargo de otro envío de 110.000 euros que llegaría al día siguiente. Weijung advierte al padre de Gao Ping de que, a partir de ahora, comenzaría a recibir dinero en metálico debido a las dificultades que entrañaba seguir enviando grandes sumas de dinero a través de transferencias bancarias. Un dinero que, en este caso, tendría como destinatario la empresa Gold City, una de las entidades manejadas por su hijo. Weijung recomienda también al "profesor Huang" que abra una cuenta exclusivamente para el dinero en efectivo que vaya llegando de ahí en adelante, algo que accede a hacer.

El padre de Gao Ping también se compromete a comprobar que uno de los envíos, ya entregados en el banco, se ingresa en la cuenta correspondiente. Para esto anuncia que le preguntaría a una persona llamada Wenbo. Posteriormente, otra llamada desde España confirmaba el uso que se le iba a dar a ese dinero, utilizado en primer lugar para pagar deudas con proveedores. Los beneficios resultantes eran invertidos en el negocio inmobiliario.