El 80% de los jóvenes consideran que las series de televisión no les influyen
La investigación "Consumo televisivo, series e Internet" aborda la relación de los jóvenes madrileños de entre 14 y 18 años con la televisión y con las series juveniles. Se centra principalmente en los hábitos, los gustos, los intereses y las valoraciones que hacen los adolescentes y las familias sobre la televisión.
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El 80% de los adolescentes madrileños consideran que las series de televisión no influyen nada o casi nada en su comportamiento frente al 12,8% que opinan que les influyen mucho, de éstos últimos el 8,7% creen que lo hacen para mal. Así lo refleja la investigación "Consumo televisivo, series e Internet", realizada por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Obra Social Caja Madrid y el Instituto de Acciones del Ayuntamiento de Madrid que incluye a jóvenes de entre 14 y 18 años.
Además, 8 de cada 10 de los encuestados consideran que sus padres no deben decidir sobre lo que ven en televisión. De ellos, el 46% se muestra partidario de que existan normas que indiquen qué programas deben ver los menores de edad y consideran importante la responsabilidad de las cadenas de televisión para configurar la programación destinada a los menores. Los padres, por su parte, opinan que es necesario disponer de criterios sobre lo que deben o no ver los adolescentes y piden que algunos contenidos como las series juveniles se estructuren de forma educativa mostrando modelos de comportamiento adecuados o evitando tratar temas peligrosos.
Para los jóvenes los aspectos mejor representados en las series son los personajes adolescentes, sus vivencias y los problemas que tienen y por el contrario lo peor es la realidad de los centros educativos y los personajes adultos, así como la relación con las drogas o el alcohol. Lo más valorado de las series es sin duda el entretenimiento y la diversión.
Por otra parte la mayoría del consumo televisivo se realiza en familia, sobre todo en días laborables y en horario de tarde y noche. El 30% de los menores que dedican a ver la televisión más de dos horas diarias lo hacen en familia mientras que solo el 12% lo hace en su propio receptor. Solo aquellos que emplean poco tiempo en ver programas televisivos prefieren hacerlo solos (24%) frente a los que lo hacen en familia (10%). En general, los gustos son compartidos y hay mucha programación en la que adultos y jóvenes coinciden debido a las fórmulas que existen hoy en día para conseguir captar a diferentes públicos con un mismo formato.
Según el estudio, los padres se muestran tolerantes y comprensivos hacia las preferencias de sus hijos, incluso aunque presenten aspectos comprometidos como sexo, drogas o situaciones violentas no creen necesario coartar la libertad de elección de los jóvenes ya que opinan que las capacidades de influencia de las series en sus comportamientos son limitadas. El verdadero problema para los padres es Internet, considerado como un espacio inaccesible de cara al control.