Ponte tu mejor disfraz, es Carnaval

Los famosos, los políticos o el cine se juntan en las calles durante estas fiestas con un batallón de curas, vampiros, brujas o princesas. No todo vale en Carnaval. Elige el disfraz que mejor se ajuste a tu personalidad y a tu fiesta.

Luis Bárcenas, Iñaki Urdangarín, el Ecce Homo de Borja o Alberto Chicote. A buen seguro estos son algunos de los candidatos a convertirse los disfraces más populares del año. El Carnaval es la época de la mofa y de la desinhibición por excelencia del año y, obviamente, la actualidad pasa de forma obligada por su filtro. Pero más allá de los disfraces inspirados en los acontecimientos políticos y sociales del país, nunca faltan los clásicos disfraces de brujas, vampiros, piratas o indios, los de época o los inspirados en el cine. Si quieres encontrar tu disfraz perfecto pincha aquí.

¿Dónde vamos?

Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un disfraz es el lugar en el que vamos a lucirlo. No es lo mismo una fiesta temática, que una organizada en casa o una macrofiesta multitudinaria. Por tanto, no hay que perder de vista el dress code y las peculiaridades del evento al que acudimos. Y tampoco nos debemos olvidar de mirar la previsión climatológica para que el tiempo no pueda arruinarnos nuestro disfraz.

¿Solos o acompañados?

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Lo fundamental en Carnaval es sorprender y que no te reconozcan. Seguro que te conviertes en el centro de todas las miradas si eliges un disfraz original y secreto que no sepa nadie... además te servirá para jugar al despiste. Otras opciones muy divertidas son los disfraces en común. Puedes hacer un dúo con tu pareja o un amigo y elegir algunos de los personajes más famosos o podéis ir todo el grupo de amigos vestidos igual o sobre la misma temática. En ambos casos, las risas y la sorpresa están garantizadas. Para una fiesta privada una idea que siempre triunfa es que todo el grupo de amigos se disfrace de uno de ellos. Impactaréis seguro.

Originalidad

Si quieres convertirte en el Rey o la Reina del Carnaval, descarta de entrada los disfraces comunes. Brujas, vampiros, curas, payasos, La Movida... son lugares comunes muy recurrentes. Así que, para destacar hay que darle un par de vueltas al disfraz. Los famosos, los acontecimientos relevantes, el cine, las series o la música son temas muy útiles para inspirarse. Eso sí, sin pasarse no vaya a ser que tu elección sea tan rebuscada que tengas que estar toda la noche explicando de qué vas disfrazado. La clave: Originalidad -bien sea en la elección del personaje como en lo elaborado del vestuario- y una idea comprensible a simple vista.

Nada de vulgaridad

Ya está muy visto y no llama la atención. El hombre vestido de enfermera, criada o vampiresa no triunfa. Serás uno más. Y lo mismo pasa con esa profusión de disfraces demasiado sexies para ellas. En la sencillez está el gusto siempre y aquí prima más la idea que otra cosa.

Comodidad

Puedes tener la mejor idea del mundo para tu disfraz pero no disfrutar de la noche si lucirlo es un incordio. Los complementos son fundamentales para rematar un buen disfraz. Los rematan y les dan mucha más personalidad pero hay que asegurarse de que son cómodos, manejables y fáciles de llevar. Hay que tener en cuenta que si llevamos algún accesorio muy voluminoso imprescindible para dar sentido a nuestro look, seremos esclavos de él toda la noche.

¿A mano o a máquina?

Si ya vas ajustado de tiempo y no eres muy ducho con la aguja y el hilo, la mejor opción es tirar de profesional y comprar un disfraz. Los catálogos son inmensos, los precios muy asequibles y no pienses que es la opción más sencilla. Puedes hacer único cualquier vestuario completándolo con un buen maquillaje, una peluca, un par de cicatrices, unas pestañas postizas o una máscara. No pases por alto ni un detalle. Serán los que te diferencien. Y un clásico que deberían casi ser obligado son los antifaces, sobre todo al inicio de la noche para poder decir eso de que "¿a qué no me conoces?".