El Sindicato de Estudiantes cifra en un 90% el seguimiento de la huelga en su tercera jornada

Con las protestas estudiantiles de este jueves se pone fin a 72 horas de paros en la educación secundaria, una huelga que pretendía mostrar el malestar de estudiantes, padres y profesores ante la nueva reforma educativa propuesta por el ministro Wert.

Las calles han vuelto a teñirse con una nueva marea verde de estudiantes en la tercera y última jornada de huelga entre los estudiantes de secundaria. Un día señalado, no solo por las diferentes manifestaciones de la Plataforma en Defensa de la Escuela Pública convocadas esta tarde en decenas de ciudades, sino también por coincidir con la reunión entre el ministro y las comunidades autónomas para tratar de pactar y cuadrar las cuentas y el proyecto económico de la reforma.

El secretario general del Sindicato de Estudiantes, Tohil Delgado, ha señalado que la tercera jornada huelga, convocada contra el anteproyecto de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa y para exigir la dimisión "en bloque" del Gobierno, ha sido un éxito. Según sus datos 90% de los estudiantes han acudido a la huelga, manteniéndose de esta forma la incidencia del paro con respecto a la segunda jornada.

En este sentido, Delgado ha manifestado que este seguimiento "es una demostración contundente de que la juventud no acepta los planes de contrarreforma que suponen en síntesis la expulsión del sistema educativo público y del acceso a la educación superior".

En total, según ha explicado, durante las tres jornadas han salido a la calle o han secundado los paros "dos millones de jóvenes día tras día". Por ello, y apoyándose en las cifra, el Sindicato de Estudiantes entiende que "si el Gobierno no rectifica y escucha lo que es hoy un auténtico clamor de la juventud, estará sobre todo demostrando una vez más su carácter autoritario".

Este jueves y mientras que los estudiantes salían una vez más a la calle, el ministro Wert y los consejeros autonómicos de educación se han reunido para estudiar la memoria económica de la reforma educativa. Las comunidades han mostrado su preocupación ante la falta de recursos económicos suficientes para financiar la implantación de la futura ley.

Por su parte, el Sindicato de Estudiantes ha apuntado que no solo preocupa la cuestión económica, sino también el rechazo social que provoca. "Toda la comunidad educativa en su conjunto le estará diciendo al Ejecutivo, de una manera inequívoca, que no acepta la contrarreforma franquista que ha sido únicamente discutida con la Conferencia Episcopal y con aquellos que entienden la educación como un negocio y no como un derecho" han expresado.