La confesión de un mercenario de los GAL
La Berlinale acoge la presentación internacional de un documental sobre un mercenario de los GAL
'Terra de ninguém', de la cineasta portuguesa Salomé Lamas, recoge el testimonio de Paulo de Figueiredo, quien cumplió condena durante 15 años tras ser juzgado como autor de dos atentados que tenían como objetivo matar a miembros de ETA.
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"Me gustó el ejército, matar, nunca he matado por placer, sin embargo la sangre y la pólvora es como la cocaína. He entrado en un hospital, he olido la sangre y he vuelto a sentir la adrenalina". Paulo de Figueiredo habla con inusitada claridad ante la cámara. Es un hombre de 66 años, de estatura más bien baja, bigote poblado y, sin embargo, poco pelo. Sentado en una silla, a sus espaldas un fondo negro, relata la historia de su vida: comenzó en Angola como militar durante la guerra de la colonia portuguesa, a continuación fue reclutado por la CIA para participar en una especie de guerrilla en El Salvador y después su destino quedó definitivamente vinculado a España, donde tras realizar una misión para los GRAPO, se integró de forma permanente como mercenario en el aparato de los GAL.
Su vida queda recogida en el documental 'Terra de ninguém', estrenado internacionalmente en la Berlinale. El trabajo está firmado por la cineasta lusa Salomé Lamas, quien conoció a Figueiredo a través de un amigo sociólogo. "Yo ese momento estaba en Ámsterdam y hablaba a menudo con un amigo sociólogo que estaba realizando un proyecto con personas sin techo en Lisboa. En ese proyecto, Paulo, que también era uno de los indigentes, tenía un papel muy activo. Pensé en la posibilidad de hacer un documental con él aunque mi amigo tenía cierto recelo porque no sabía cómo reaccionaría a la propuesta. El proceso duró más de un año", relata Salomé Lamas a la Cadena Ser.
Finalmente, Figueiredo aceptó la oferta y lo hizo mediante el sello de una especie de pacto: él utilizaría a Salomé para contar su historia y Salomé lo utilizaría a él para hacer la película. La directora buscó un espacio neutro, un edificio lisboeta desconocido para ambos y se hizo acompañar de un cámara japonés que no entendería el relato que Figueiredo expondría ante la directora. Antes de comenzar a filmar, se selló otro compromiso: una vez que el documental fuese editado, él sería la primera persona en visionarlo.
El rodaje duró cinco días, cinco jornadas en las que el portugués fue relatando en formato entrevista la historia de su vida. El capítulo en el que más se detuvo es, precisamente, el referido a su pertenencia a los GAL. "Yo creo que él tenía rabia de esa época. De todas las situaciones que relató, la de los GAL era la etapa de la que más quería hablar. De hecho, queda reflejado en la película, es el capítulo más largo", reconoce Lamas a la Ser.
Diez millones de pesetas por muerto
Un capítulo en el que Figueiredo se pregunta: "¿Quién es peor? ¿Yo, porque he matado a personas, o quién me mandó matar sabiendo que yo iba a matar?" De esa época recuerda que el CESID era quien les facilitaba la información sobre los objetivos a batir, relata el atentado ocurrido en el bar Batzoki , apunta que los servicios secretos franceses eran conniventes con lo que estaba pasando y se refiere incluso a las sumas de dinero que recibía por asesinato. "Yo evalúo a la persona y pongo el precio. En el caso de los GAL era de 10 millones de pesetas por cada muerto".
Durante su paso por los GAL reconoce haber matado a nueve personas aunque cuando relata los episodios el espectador se da cuenta de que las cuentas no salen. Incongruencias que despistan y que hacen suponer que nueve sería el número oficial de muertos pero que podría haber más cadáveres que nunca fueron descubiertos.
González y Aznar
También comenta que contaba con la ayuda de la Guardia Civil para cruzar la frontera y obtener pasaportes falsos. Sin embargo, el amparo oficial se acabó, dice Figueiredo, cuando un Aznar en la oposición y con ansias de poder sacó a la luz el escándalo de los GAL. En ese momento, pasó de ser protegido a ser culpado. Fue condenado a 15 años de prisión por dos atentados contra miembros de ETA.
De Felipe González asegura que no tenía nada que ver con los GAL, que simplemente aceptó lo que se encontró cuando llegó a presidente del Gobierno. Apunta que el socialista sabía lo que pasaba pero que miró para otro lado. Al juez Baltasar Garzón lo describe como "individuo que se quería colgar de la política".
'Terra de ninguém', premio al mejor largometraje en el Festival DocLisboa, no es una película sobre los GAL ni un documento histórico que pueda utilizarse en las escuelas, es el relato en primera persona de la vida de Paulo de Figueiredo, que, como mercenario, realiza un trabajo sucio que nadie quiere hacer. Un ciudadano que se ve obligado a vivir al margen de la sociedad prácticamente toda su vida: primero como asesino a sueldo, después como condenado y finalmente como indigente.
Salomé Lamas no pudo cumplir con su promesa. Una vez terminada la edición del documental acudió en su búsqueda para mostrárselo, tal y como habían acordado. Paulo no apareció, Salomé entendió que había muerto. "Hago el film y desaparezco", solía decirle a la directora fuera de cámara.