Italia avisa a nuestro políticos

Madrid

El Partido Popular tampoco despidió a Jesús Sepúlveda, el ex marido de Ana Mato, su salida del partido fue idéntica a la del ex tesorero Luis Bárcenas. El supuesto despido de Sepúlveda, del que hablaron los dirigentes populeres con María Dolores de Cospedal a la cabeza, fue realmente una baja voluntaria registrada el pasado 11 de febrero. A pesar de los documentos que acreditan esta baja, a los que ha tenido acceso la SER, el PP mantiene la versión del despido.

Y así el PP sigue liándose en su propio enredo sin que parezca importarle que su versión de desmorone. Ya no sólo por los documentos de los que le hablaba, hoy mismo un grupo de funcionarios de la Seguridad Social han presentado una demanda ante la inspección de trabajo por irregularidades en el supuesto despido de Bárcenas.

Y mientras tanto el caso Bárcenas sigue penetrando en los despachos tanto de Génova como de Moncloa, contaminando el día a día e incluso las relaciones entre la cúpula del partido y entre el partido y el Gobierno. Después de haber estado unos cuantos días en Italia y después de haber contado no sólo el despropósito de los resultados electorales en ese país sino, sobre todo, el ascenso fulgurante del partido de Beppe Grillo, como demostración de que la indignación y la perplejidad ciudadana sí puede tener reflejo en las urnas, uno se pregunta si aquí en España los dirigentes políticos son conscientes de lo que ha pasado en Italia.

Esta sensación de impunidad que sin duda tienen, porque sino no se entiende, por ejemplo, la gestión del caso Bárcenas, les impide ver lo que pasa a su alrededor. La impunidad no es infinita, pero sobre todo no lo es la paciencia. En Italia ha quedado demostrado. Esos datos del CIS sobre la desafección, sobre lo que preocupan los políticos a sus ciudadanos, acaban por convertirse en votos desesperados. La lección de Italia debería estudiarse en los despachos políticos de España.