Opciones para emigrar

Exilio, emigración o "movilidad exterior" como lo llamó el pasado 17 de abril la ministra de empleo, Fátima Báñez, lo cierto es que en 2012 la cifra de españoles residiendo en el extranjero creció en 114.000 personas, un 6,3% más que el año anterior. Pero, ¿cómo se puede encontrar un empleo fuera? ¿Cuál es la mejor forma de irse a trabajar lejos de España? Entre las soluciones están las tradicionales agencias o los organismos oficiales impulsados por los servicios públicos de empleo. Pero también, el tradicional boca a boca que pone en contacto a trabajadores con empresas.

Para trabajar en la Unión Europea, existe la Red Eures, un organismo creado hace casi 20 años por la Comisión y que está formado por los servicios públicos de empleo de los países miembros. Mediante la web, pone en contacto a trabajadores con empresas, pero aporta alguna información más sobre el país de destino. "Cualquier usuario puede entrar y ver el mercado laboral y las condiciones de vida y trabajo en cada país, cómo es su sistema de Seguridad Social, de pensiones, etc.", explica la manager de Eures en España, María José Arias. La Red Eures colocó a 2.351 españoles en el extranjero entre junio de 2011 y mayo de 2012, casi cuatro veces más que en los dos años anteriores, según su última memoria publicada. "Se ha multiplicado por 10 el número de personas que acceden a la web", añade Arias.

Otros, sin embargo, siguen encontrando trabajo por su cuenta. Es el caso de Javier Manzano, un informático vitoriano al que llegó la oportunidad en internet para trabajar en Londres, pero no en una web de búsqueda de empleo. "Me llegó a través de un tuit de un compañero", cuenta. Tras hacer la entrevista a través de videoconferencia y una prueba práctica, la empresa decidió 'contratarle'. Solicitó sus servicios como externo, como autónomo. Una vez en la capital británica, descubrió que la burocracia para este tipo de trabajadores es más sencilla que en España: "En 24 horas era autónomo legalmente y a todos los efectos; ya podía facturar". Y con otra diferencia: "Aquí (por Inglaterra) no se paga una cuota fija, sino en función de lo que trabajes, con un mínimo que ronda los nueve euros, algo insignificante".

El periodista Alonso Trenado decidió optar a una oferta de trabajo en una televisión alemana. Pasó las pruebas y fue contratado. Y recomienda que quien decida irse al país germano lo haga así, no a la aventura: "Los que vienen sin trabajo lo tienen muy difícil, no encuentran ni si quiera una vivienda". También avisa de que es crucial entender alemán o encontrar a alguien que eche una mano con el idioma, porque "los funcionarios alemán suelen negarse a hablar otro idioma". Otra particularidad en la contratación: "En la mayoría de los casos eres tú quien tiene que hacer los papeles, mientras que en España suele ser la empresa la que los gestiona". No es, además, el mejor lugar para el papeleo: "La burocracia alemana es una tela de araña e incluso para los europeos es muy complicado. Lo mejor es buscar la ayuda de un alemán". A pesar de las dificultades, casi 50.000 españoles trabajaban en aquel país en 2012, a pesar de que no hay trabajo de cualquier tipo: "Hay empleo para ingenieros, en empresas técnicas, también para médicos, pero otros sectores como el del periodismo son muy complicados".

La zaragozana Érika Broto desistió de buscar trabajo en España. Lo intentó de todas las maneras posibles, incluidas webs de búsqueda de empleo como la Red Eures. Decidió que, vista la perspectiva, lo mejor era irse fuera. El destino escogido, Estados Unidos. Buscó información para irse como 'au pair' y se apuntó a una agencia, a la que paga 400 euros: "Ese dinero incluye la gestión del visado, el seguro médico, los vuelos de ida y una beca de 500 dólares para hacer estudios de inglés o de lo que quieras allí". Tiene previsto irse en los próximos meses, después de llevar preparándose desde diciembre. Érika ha decidido además compartir su experiencia en internet a través del blog 'La maleta de una au pair', consciente de que en estos tiempos de crisis ha aumentado la demanda de información para irse a trabajar al extranjero. Una opción elegida por 400.000 españoles desde que comenzó la crisis.

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