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La "paciencia" que pide Rajoy se agota en el PP

Dentro del PP no ven normal que Rajoy tardara tres días en dar la cara después de que se conociera que España supera los seis millones de parados

El líder del PSOE insiste en que ''hay que dar esperanza a los ciudadanos'' / ATLAS

Creen que ofrece una imagen de "pasividad", "bloqueo" y "una absoluta falta de humanidad". Algunos piden a Rajoy que deje de aplicar "parches" y emprenda "reformas en profundidad". A los populares les cuesta cada vez más dar con argumentos para defender sus políticas en la calle y temen que sus expectativas electorales de cara al futuro queden tocadas de muerte.

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Para un sector del Partido Popular, el más duro, Mariano Rajoy siempre ha realizado "apaños". No ahora, desde que llegó al poder. Creen que en vez de acometer reformas en profundidad siempre ha tratado de solventar la situación con "parches". Un cargo del Ejecutivo, afín a la corriente más extrema, lo resume explicando que, a su juicio, siempre ha ido "realizando ajustes de aquí y de allá, aplicando medidas, pero nunca abordando un cambio en profundidad del sistema como si temiera que le pasara factura, cuando, con lo que está haciendo, ya está sufriendo un importante desgaste popular".

Esta idea, de una parte de la formación conservadora, se va extendiendo. Algunos creen que habría que adoptar iniciativas "revolucionarias" y que estas están tardando mucho en llegar. Sobre todo después de que se conociera que España supera la frontera de los seis millones de parados y de ver cómo el Gobierno salía a presentar el viernes un plan nacional de reformas que a muchos defraudó por su falta de novedad.

Los populares ya no saben qué responder desde hace tiempo cuando los ciudadanos les preguntan por la calle. Sobre todo a nivel local y provincial. Cuando un diputado viaja a su circunscripción se enfrenta a reproches y preguntas cada vez más incómodas. A principio de año todo lo copaba Luis Bárcenas. Ya era difícil afrontar ese asunto, sobre todo explicar cómo el extesorero seguía contratado a fecha de 31 de diciembre de 2013. Pero ahora es distinto, es el desempleo y es algo que afecta a todo el mundo.

En todos estos meses, el PP ha tenido que hablar de la crisis económica. Sus cargos han podido defender que España no había sido finalmente rescatada. Sin embargo, en estos momentos, se extiende la preocupación. Para algunos se está viviendo "el momento más grave". El Ejecutivo reconoce en sus previsiones su impotencia para generar empleo y admite que puede llegar a terminar la legislatura con un tasa de paro mayor que con la que se encontró. Sobre todo tras echárselo tanto en cara a José Luis Rodríguez Zapatero cuando ellos estaban en la oposición.

Algunos dirigentes reconocen que este asunto les "hunde". "Estamos muertos políticamente", señala un dirigente territorial. Y es que ya no hay argumento que valga. Saben que sus expectativas electorales, de cara a las autonómicas y municipales, caen en picado. Algunos ya calculan los daños y dan por hecho que caerán grandes plazas donde siempre se movió el PP sin problemas.

A esto se unen, las críticas que desde el PP se hacen siempre a Rajoy y que arrecian en cuanto hay una situación complicada, aunque nadie se atreva jamás a decírselo a él en persona. Algunas son ya un clásico. Como la de que muchos lamentan la mala comunicación y la falta de explicaciones del Gobierno. Hay quien no entiende que Rajoy no saliera el mismo día que se conocieron los datos de la Encuesta de Población Activa. Se quejan de la falta de reacción, de no estar cerca de los ciudadanos, de no hacer lo que pregonó el portavoz del Grupo Popular, Alfonso Alonso: "Dar la cara y mirar a los ojos". Creen que así solo se ofrece una imagen de pasividad, de bloqueo e inacción. Y que muestra una "absoluta falta de humanidad". Y eso llega a "desesperar" y a "agobiar" a algunos conservadores que quieren que Rajoy "haga algo". Que no ven ni un atisbo de esperanza ante un panorama "tan negro" como el que apuntan sus previsiones y cuando ven que la gente está muy mal y triste.

Pero no va a haber cambios. Ni siquiera de ministros. Al menos por el momento. Lo saben todos en el Partido Popular. El presidente ya dijo ayer en Granada que está "muy satisfecho del esfuerzo, coraje y pundonor" de los suyos. Y habrá a quien le guste más y a quien le guste menos el estilo de Rajoy pero es el que es y todos lo recuerdan para tratar de justificar porque desde La Moncloa se actúa de esta forma. Y desde allí se sigue defendiendo que se están emprendiendo las iniciativas necesarias para salir de la crisis. Rajoy sigue fiel a su discurso. Asegura que el Gobierno sabe lo que hace y que España va "en la buena dirección". Pide confianza, un acto de fe y "paciencia". Algo que hasta a los suyos se les acaba.

Telegrama a Mariano Rajoy

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