El Supremo critica el "escaso celo" del fiscal en la sentencia que absuelve a Camps
La sentencia del caso de los trajes se convierte en un alegato en defensa de la acusación popular
MADRID
El Tribunal Supremo ha dado a conocer este viernes la sentencia que confirma la absolución de Francisco Camps y Ricardo Costa en la llamada causa de los trajes. La sala de lo penal critica el papel de la Fiscalía en los casos de corrupción y defiende el de la acusación popular. Sobre el recurso de los socialistas contra la sentencia del Tribunal de Justicia de Valencia, los magistrados sostienen que parte de una perspectiva "totalmente subjetiva para imponer su tesis inculpatoria".
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La sala de lo penal del Tribunal Supremo ha aprovechado la sentencia que confirma la absolución de Francisco Camps y Ricardo Costa en la llamada causa de los trajes para hacer una defensa cerrada de la acusación popular que, tal y como está en la actualidad, tiene los días contados debido al proyecto del Gobierno para reformar la ley de enjuiciamiento criminal.
Los magistrados contraponen el papel de la acusación popular y critican a la fiscalía en los casos de corrupción porque la primera "puede asumir un importante papel en la persecución de los delitos que pueden infringir un bien perteneciente al patrimonio social, con respecto a los cuales se ha podido observar un escaso celo por parte del Ministerio Fiscal". Un papel muy importante que "no puede menospreciarse porque coyunturalmente y con ocasión del debate político se haya utilizado la acción penal popular espuriamente".
A pesar de este elogio a la figura de la acusación popular, la mayoría de la sala rechaza el recurso del PSOE y lo hace con una crítica gruesa. La sentencia dice que la acusación popular "parte de una perspectiva totalmente subjetiva pretendiendo imponer su tesis inculpatoria con su personal e interesada formulación y postulando su particular valoración de las pruebas en función de un lógico interés sin evidenciar que la del jurado era ilógica, absurda o arbitraria". La mayoría concluye señalando que "las sentencias absolutorias no necesitan motivar la valoración de pruebas" porque para justificar una absolución "basta con expresar dudas acerca de si los hechos ocurrieron como sostiene la acusación".
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