EEUU justifica el espionaje a la agencia AP
El fiscal general denuncia que fue una de las peores filtraciones de la historia y la Casa Blanca defiende la necesidad de proteger la seguridad nacional
El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, ha anunciado que se inhibe del caso sobre los registros de llamadas de varios periodistas de la agencia de noticias Associated Press (AP), por lo que cualquier declaración o decisión sobre el caso competerá al 'número dos', Jim Cole, aunque ha manifestado que la noticia publicada por la empresa fue una de las filtraciones más graves de la historia. La Casa Blanca defiende que "debe haber un equilibrio entre ese derecho fundamental de nuestra democracia, el ejercicio sin restricciones de la labor de los periodistas, y la obligación de proteger la seguridad nacional".
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AP fue informada el viernes pasado, mediante un email en el que no se especificaban los motivos, de que el Departamento de Justicia había obtenido los registros de llamadas entrantes y salientes de más de 20 líneas asignadas a la compañía y a sus reporteros. Las delegaciones afectadas son las oficinas de Nueva York, Hartford y Washington, entre otras, así como un teléfono de la agencia en la Cámara de Representantes.
Holder se ha inhibido ante un posible conflicto de intereses ya que el FBI le ha interrogado acerca de la investigación de la filtración a AP. La noticia de la agencia se remonta al 7 de mayo del pasado año y se trataba sobre la detención de un miembro de Al Qaeda en Yemen que pretendía detonar una bomba en un avión que se dirigía a Estados Unidos. El fiscal general ha indicado que no tiene todos los detalles del caso, pero ha asegurado que se trata de una "filtración muy grave" que nunca había visto, precisando que es fiscal desde 1976. "Puso al pueblo norteamericano en riesgo, y no se trata de una exageración (...) y determinar quién fue el responsable creo que requería acciones muy agresivas", ha asegurado.
AP ha definido la interceptación de los registros de las llamadas de 20 de sus líneas telefónicas entre abril y mayo como una "intromisión masiva y sin precedentes" y ha indicado que esta acción del Departamento de Justicia puede haber afectado a las comunicaciones telefónicas de "más de cien periodistas" que trabajan en las delegaciones investigadas por el Gobierno. Por el momento, Cole se ha negado este martes a devolver a AP el registro de llamadas obtenido el pasado año ya que sólo se pidieron sobre "un período razonable de tiempo" y en ningún momento se buscó el contenido de las llamadas.
La Casa Blanca defiende a Justicia
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, ha tenido que salir al paso de la polémica y ha asegurado que el presidente, Barack Obama, "cree que la prensa debe tener por norma la habilidad de realizar periodismo de investigación sin trabas", aunque ha declinado hacer comentarios sobre la investigación en curso. "También está comprometido, como presidente y ciudadano, para que no dejemos que la información clasificada se filtre, ya que puede dañar nuestra seguridad nacional y a nuestros ciudadanos", ha indicado en conferencia de prensa. Sin embargo, varias figuras demócratas, además de los republicanos, han criticado la decisión de pedir el registro de llamadas. El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, ha asegurado que es "inexcusable". "Tengo problemas a la hora de defender al Departamento de Justicia en lo que hizo sobre AP", ha reconocido.