Sociedad

Ocho años de inhabilitación a dos guardias civiles por torturar a un carterista

La Justicia supo que habían pegado una paliza a un detenido porque ya se investigaba a uno de los agentes por su presunta implicación en una trama de tráfico de drogas

El Supremo ha confirmado ocho años de inhabilitación para dos miembros de la Guardia Civil que propinaron una paliza a un carterista detenido en un centro comercial de Valencia. La justicia se enteró de estos hechos mientras investigaba a uno de los agentes condenados por su supuesta participación en una trama de tráfico de drogas y blanqueo de capitales. La instrucción del delito de torturas se paralizó "para no perjudicar la investigación en curso, de mayor relevancia".

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado los ocho años de inhabilitación y uno de cárcel a los que han sido condenados dos miembros de la Guardia Civil por torturar a un carterista.

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Los dos guardias civiles del cuartel de Tavernes Blanques, Carlos Augusto P.M y Antonio C.G, recogieron a un carterista que había sido detenido en un centro comercial de Valencia y se dispusieron a trasladarle en coche al puesto de la Guardia Civil. Por el camino, detuvieron el vehículo en una carretera secundaria y le propinaron una paliza al detenido al mismo tiempo que le amenazaban e insultaban.

Uno de los agentes estaba siendo investigado por tráfico de drogas

Lo que no sabían los guardias civiles era que, mientras propinaban la paliza al carterista, estaban siendo grabados por un juzgado de instrucción de Valencia que ya investigaba a uno de ellos por su presunta implicación en una trama de tráfico de drogas y blanqueo de capitales por supuestamente facilitar información a los narcotraficantes para que pudieran meter la droga en España sin problemas. El Servicio de Asuntos Internos de la Guardia Civil había instalado micrófonos en el coche a instancias de las diligencias secretas abiertas en este proceso, y la justicia decidió paralizar la instrucción de la causa por estas torturas para no perjudicar la investigación del supuesto delito de tráfico de drogas, "considerado de mayor relevancia".

"Nada resulta más descorazonador"

En la sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Joaquín Giménez, los magistrados de la Sala de lo Penal rechazan de plano las alegaciones del guardia civil condenado, y señalan que "nada resulta más descorazonador que la figura de un agente policial que de garante de la legalidad y el orden se convierte en su infractor".

"Esto es lo mejor de este trabajo"

Las escuchas realizadas por la policía en el coche que utilizaron los condenados para transportar a la víctima revelan cómo insultaron y golpearon al detenido: "No me llores como una maricona", "Tiene agua la acequia, le tiramos a la acequia a ver". Las grabaciones revelan que el testigo, mientras estaba siendo golpeado por los acusados, lloraba y pedía que por favor dejaran de pegarle: "No me pegue, señor, por dios". Uno de los acusados, cuya identidad no se especifica en la sentencia, concluyó el episodio con la frase: "Esto es lo mejor de este trabajo".

El Supremo también rechaza el recurso interpuesto por el otro agente, Antonio C.G, que alegó que las escuchas vulneraron su intimidad ya que él no estaba siendo investigado por un supuesto delito de tráfico de drogas. La justicia también confirma la absolución del guardia de seguridad del centro comercial, que acompañó a los guardias civiles en el coche oficial pero sin que quede probado que participara en los hechos.

 
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