Beatriz: "Ojalá se permitiera el aborto, que otras mujeres no pasen lo que he pasado"

El caso de Beatriz, a quien la Corte Suprema denegó el aborto terapéutico a pesar de que su vida corría peligro, ha avivado el debate en El Salvador de un tema considerado hasta ahora tabú. Las organizaciones proabortistas consideran que no se logrará un cambio inmediato en la legislación del país, pero sí se ha abierto el camino para que desde la política se empiece a abordar el asunto.

A pesar de que tiene problemas con la tensión arterial, Beatriz ha podido convencer a los médicos para salir del hospital, donde llevaba ingresada casi dos meses. Tras la cesárea que se le practicó hace una semana -el bebé murió porque no tenía cerebro-, dice que se encuentra más fuerte, más animada, aunque el embarazo le ha dejado secuelas. "Me encuentro muy bien. Me han dicho que tengo dañados los dos riñones por el embarazo y que me tengo que hacer una biopsia", ha asegurado en la Cadena SER.

Beatriz deberá seguir un riguroso control médico y confía en recuperarse pronto para rehacer su vida con su marido y su hijo de 18 meses, al que no ha visto desde que la ingresaron. Sabe que se ha convertido en un símbolo. Y espera que su caso sirva de ejemplo para que se apruebe el aborto terapéutico en El Salvador: "Ojalá se permita el aborto porque no quisiera que otras muchachas lo pasaran tan mal como yo lo he pasado".

A pesar de la campaña de la iglesia católica contra el aborto, Beatriz se siente apoyada por la mayoría de los salvadoreños y reconoce que su caso ha servido para abrir un debate que hasta ahora era tabú en El Salvador.