Este viernes los científicos españoles salen a la calle para quejarse por una situación que califican de dramática. Ejemplos nos sobran: una joven investigadora despedida por un centro de investigación de Valencia que ha participado en el equipo que ha logrado clonar células madre en EEUU, el mejor investigador de biología de nuestro país se va a Florida proque aquí no ve futuro, y le deniegan la beca al investigador distinguido por el premio al mejor físico europeo joven. Se acaba el curso académico y en «Hoy por Hoy» hemos querido poner cara y voz a los protagonistas de los recortes en investigación. La llamada fuga de cerebros es la mayor muestra del mal estado del sector científico en nuestro país. Además de los citados ejemplos, está el de Esther Artells, que vive en Marsella desde 2011 y no cree que pueda volver. Por eso los científicos recorrerán las principales ciudades españolas este viernes con el lema «Salvemos la investigación». José Manuel Fernández, portavoz de la Federación de Jóvenes Investigadores, perteneciente también al colectivo Carta por la ciencia explica sus reivindicaciones: «Pedimos que nos dejemos de juegos malabares y de verdad apostemos por la ciencia. Los recortes están dejando el sistema prácticamente inservible» y aclara que no sólo es una cuestión de financiación, «el principal problema no es la financiación, es la claridad». José Manuel Fernández ha querido matizar también que lo que está ocuerriendo no es una fuga de cerebros, sino un «exilio obligado. Cuando nos están cerrando todas las puertas, tenemos que buscar un sitio para hacer nuestro trabajo» Buscando financiación en un concurso de televisión El futuro es incierto para Luisa Botella, que trabaja para el CSIC, y los recortes pusieron en peligro su investigación sobre la enfermedad rara del Síndrome de ROW. Decidió buscar financiación por una vía alternativa: participó en un concurso de televisión y donar a su proyecto lo que ganara. A pesar de que consiguió resolver su problema de financiación de manera provisional, dice que ahora necesita «recoger dinero» para poder volver a contratar a la técnico de laboratorio que trabaja con ella. Afortunadamente no todo son malas noticias. Hace unos meses hablamos con José Alcamí, un investigador del Instituto de Salud Carlos III que está desarrollando un importante proyecto sobre el VIH que se había visto paralizado por cuestiones burocráticas. La buena noticia es que este miércoles le comunicaron una decisión que llevaba esperando mucho tiempo, «finalmente es posible contratación de 3 investigadores». Eso sí, seis meses después de lo previsto. «Hemos perdido seis meses en un proyecto de 2 años, es un retraso del 25%». En el CNIO,Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, han buscado una alternativa, una forma de financiación mixta, en la que combinan fondos públicos y fondos privados. Su directora, María Blasco, asegura que a pesar de la crisis han puesto en marcha nuevos proyectos: un programa clínico muy importante, una consulta de cáncer familiar y distintas actividades de innovación. «Innovación es una palabra que está muy de moda, y el en CNIO nos la tomamos muy en serio».