Movilizados 17.000 policías y militares para la final de la Copa Confederaciones en Maracaná
Las organizaciones sociales esperan al menos 100.000 manifestantes
La final de la Copa Confederaciones coincidirá con dos manifestaciones multitudinarias, una ola de protestas que reúne a distintos movimientos sociales en contra del "proceso de privatización y elitización de Maracaná".
Más de 17.000 policías y militares han sido movilizados en el marco del dispositivo de seguridad para la final de la Copa Confederaciones de fútbol que se celebra este domingo en el estadio de Maracaná, en Río de Janeiro, en previsión de las dos manifestaciones multitudinarias convocadas por los ''indignados''.
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Las autoridades han informado ya del despliegue de 10.000 agentes de la Policía, a los que habría que sumar 7.400 militares del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea que reforzarán la seguridad en los puntos estratégicos de la ciudad. La Policía montará barreras en un radio de dos kilómetros en torno a Maracaná y sólo quien tenga entrada podrá entrar en este perímetro. El tráfico se cortará a las 14.00 horas en la zona que rodea el estadio y ya están preparados los blindados, las armas no letales, los caballos de las fuerzas de caballería y los helicópteros.
Aunque por el momento no hay estimaciones de asistencia, en las redes sociales cerca de 20.000 personas han confirmado ya su asistencia a las movilizaciones y los grupos convocantes esperan "no menos de 100.000 personas".
"Nuestra intención es llegar delante de Maracaná. Estamos luchando por los derechos y la libertad de manifestación no puede ser controlada", ha señalado uno de los activistas, Marcelo Edmundo, en declaraciones al diario brasileño ''Estadao''. "Si hay bloqueo, la consigna es no intentar pasar. Es una zona residencial y esperamos que la Policía no provoque el terror", ha añadido.
Las marchas comenzará en la plaza Saens Peña, aproximadamente a 1,7 kilómetros del estadio, a las 10.00 y a las 15.00 horas, según la convocatoria del Comité Popular de la Copa y el Foro de Luchas, que reúne a distintos movimientos sociales. Desde allí se dirigirán hasta la sede del partido.
A través de las redes sociales se han difundido hasta diez puntos distintos más de concentración en las inmediaciones del estadio y que contarán con una seguridad reforzada, informan los medios brasileños.
Las protestas están convocadas contra el "proceso de privatización y elitización de Maracaná", contra el derribo del estadio de atletismo Célio de Barros, el parque acuático Júlio Delamare y la Escuela Municipal Friedenreich con motivo de las obras de infraestructuras para el Mundial de 2014 y la villa olímpica para los Juegos de Río 2016.
También reivindican una revisión del gasto previsto para las obras de infraestructura para estos eventos deportivos. "Hasta el día 30 vamos a seguir con las movilizaciones. Vamos a seguir cuestionando a los gobiernos. La tarea de esta generación es cambiar Brasil", ha señalado uno de los activistas del Foro de Luchas, Julio Anselmo.
En el estadio no estará presente la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien tras los abucheos recibidos en el partido de inauguración de Brasilia ha decidido no asistir al último de esta Copa Confederaciones, que enfrenta a la anfitriona, Brasil, y a España.
Según informa la prensa brasileña, los asesores directos de Rousseff le han señalado que sería una exposición innecesaria estar en el palco y dan por hecho que la mayoría será hostil a su presencia. Sin embargo, hasta el último momento la postura oficial ha sido que no se sentía intimidada y que asistiría al partido.