Brasil promete que las demandas de los manifestantes serán "prioridad nacional"
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, alerta de que la violencia amenaza con "manchar" y "avergonzar" al país
La presidenta brasileña, que ha evitado hablar de la actuación policial, ha dicho que las protestas son legítimas y que las demandas de los manifestantes pasarán a ser "prioridad nacional". Hasta el momento, han muerto dos personas durante los disturbios.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha reconocido este viernes la legitimidad de las multitudinarias protestas que se han celebrado esta semana en el país y ha asegurado que las demandas de los manifestantes pasarán a ser "prioridad nacional", en un discurso a la nación grabado y retransmitido por la cadena estatal.
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"Las manifestaciones de esta semana han traído importantes lecciones: las tarifas bajarán y las demandas de los manifestantes serán prioridad nacional", ha enfatizado Rousseff.
La jefa del Estado brasileño canceló este jueves un viaje a Japón después de que cerca de un millón de personas salieran a las calles de 80 ciudades brasileñas para clamar contra el Gobierno y la subida de las tarifas del transporte.
"Tenemos que aprovechar el vigor de estas manifestaciones para llevar a cabo más cambios, cambios que beneficien al conjunto de la población brasileña", ha añadido. Rousseff ha ensalzado las manifestaciones como un "impulso de nueva energía política" para Brasil para acometer más reformas y vencer las "limitaciones políticas y económicas".
Violencia minoritaria
Sin embargo, la presidenta de Brasil ha hecho hincapié en la violencia insuflada por una "pequeña minoría" y que ha provocado fuertes enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes. Hasta el momento, dos personas han muerto en los disturbios.
Los primeros conatos de violencia se dieron la semana pasada cuando la Policía de Río de Janeiro se empleó a fondo para reprimir una masiva protesta contra la subida de las tarifas del transporte. Ministros y gobernadores brasileños condenaron de inmediato el exceso de fuerza empleada por la Policía.
Rousseff, que ha evitado hablar de la actuación policial, ha advertido de que el rebrote de la violencia podría malograr esta "gran oportunidad histórica" para aplicar cambios y "poner en riesgo muchas cosas". "Estas manifestaciones muestran la fuerza de nuestra democracia y el deseo de la juventud de hacer avanzar a Brasil", ha agregado.
Rousseff ha llamado a la sociedad y a las autoridades a no permitir que una "minoría violenta y autoritaria" pueda "manchar" y "avergonzar" a Brasil. Por ello, ha exhortado a las fuerzas de seguridad brasileñas a "contener" toda forma de "vandalismo" y a los ciudadanos a que participen en las protestas de forma "ordenada y pacífica".
La preocupación sobre la violencia y las dos recientes muertes ha elevado la alarma social y política sobre las protestas. El Movimiento Pase Libre, uno de los grupos que ha convocado manifestaciones en Sao Paulo, ha rechazado celebrar más protestas por la violencia desatada entre jóvenes pertenecientes a facciones políticas rivales.
Tras la ola de masivas manifestaciones del jueves, la dimensión de las protestas de este viernes ha descendido. No obstante, se espera que haya más marchas este fin de semana con motivo de los partidos de la Copa de Confederaciones, convocadas a través de las redes sociales.