La minifalda sigue columpiándose en prejuicios

Las minifaldas se paseaban por las calles de Londres o París desde 1962. Con solo 45 centímetros de tela la inglesa Mary Quant revolucionó para siempre el mundo de la moda y de los prejuicios y volvió locos a locos a los censores, "ser experto en moda femenina exige hoy conocer el nivel de la falda de acuerdo con el nivel de altura que impone la moda, pero ¿qué pensaría de ello nuestros antepasados?" decía el Nodo que añadía la palabra "escándalo" a la noticia.

En la España de Franco llevar una minifalda era una señal de provocación para las mentes machistas y conservadoras, para el atraso general; y eso que aquella minifalda llegó a España poco a poco. Antes de aparecer en sus calles ya se podía ver en las portadas de las mejores revistas de moda, en la poca televisión que llegaba de fuera, en el imaginario de la modernidad.

No está claro si Mary Quant se inspiró en un coche, en un Mini, o en una compañera de su clase de claqué. Lo seguro es que era una experta en reciclaje a la fuerza, heredaba cuanto se ponía y eso la obligó a aprender a coser. Lo seguro también es que esta falda que desaparecía de 15 a 20 cm de la rodilla se convirtió en uno de los iconos de la revolución sexual, de la necesidad de cambio, de la libertad y, para muchos de los que sólo la miraban resultó ser el principal objetivo de un ingenio más bien barato "se trata de una moda informal, muy veraniega que no exige fuertes desembolsos porque...en fin... suele bastar con muy poquita tela".

En 1968, la minifalda se acortó todavía más y por fin triunfó en este país gracias a Massiel y su triunfo en Eurovisión, y a que rechazó las ofertas de los diseñadores españoles y se fue a París a comprar su vestido.

Por anacrónico que parezca, el aura de la minifalda sigue haciendo daño en pleno siglo XXI. En el 2008, la archidiócesis mejicana pidió que las mujeres no la usaran para evitar agresiones sexuales. En el 2012, centenares de sudafricanas se echaban a la calle vestidas con minifalda en protesta por la agresión a dos mujeres que llevaban esta prenda...Y este mismo año los informativos de La 1 nos deleitaron con un información sobre la conveniencia de evitar este tipo de prendas junto a escotes o pantalones caídos.

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Aunque en los 70 le salieron unos cuantos dobladillos, nunca terminó de irse, la minifalda sigue rondando la moda y quizá algún día dejará de columpiarse en los prejuicios.