Incautados 110 kilos de cocaína ocultos entre langostinos congelados
Hay tres detenidos en nuestro país, entre ellas el dueño y el testaferro de la empresa tapadera creada para recibir los contenedores que transportaban el estupefaciente
Una investigación de la Policía Nacional, en colaboración con la Agencia Tributaria y las autoridades argentinas, han permitido incautar 110 kilos de cocaína ocultos entre langostinos congelados con destino a España. Enviaban los paquetes de marisco a nombre de una empresa tapadera con la finalidad de introducir en España la sustancia estupefaciente.
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Una misma sociedad se encargaba de empaquetarlos en el país de origen y camuflar la droga para evitar los controles policiales. Hay tres detenidos en nuestro país. La investigación se inició el pasado mes de junio cuando los agentes conocieron la existencia de un grupo organizado que se dedicaba a introducir importantes cantidades de cocaína en nuestro país. La droga procedía de Sudamérica y la red la camuflaba en transportes legales de pescados y mariscos congelados para evitar los controles policiales. El modus operandi era siempre el mismo, utilizaban una misma empresa situada en Argentina para empaquetar la droga junto con el marisco y en España habían creado una sociedad tapadera que se encargaba de recibir los envíos.
A primeros del mes de junio, las autoridades argentinas intervinieron en el puerto de La Plata (Argentina) un contenedor cargado con más de 100 kilos de cocaína escondida entre langostinos congelados. Este paquete, que tenía como destino final España, era enviado a nombre de una empresa tapadera que la trama utilizaba como destinataria para poder recibir en nuestro país la sustancia estupefaciente.
Tras esta aprehensión, la policía argentina comunicó a los investigadores españoles que otros seis contenedores, susceptibles de contener droga, se habían escapado al control policial de ese país. Estos envíos habían sido empaquetados en la misma empresa que el anterior y eran dirigidos al mismo destinatario, por lo que los agentes sospechaban que podrían contener sustancias estupefacientes. Poco después, los localizaron en Valencia y tras realizar los registros oportunos en el interior de los mismos obtuvieron un resultado negativo.
Las investigaciones continuaron y averiguaron que en España se encontraban cuatro personas presuntamente implicadas en la trama, entre ellas el dueño y el testaferro de la empresa receptora de los contenedores. Estas personas habían creado una sociedad tapadera, con sede social en Fuenlabrada (Madrid), que no daba beneficio alguno, y la cual era la destinataria de los envíos de pescado en los que camuflaban la droga.