¡Zumo de naranja, por favor!
- El zumo exprimido, que se obtiene directamente de las naranjas frescas, conservando o eliminando la pulpa. Se somete a pasteurización para garantizar su seguridad alimentaria. Puede ser de conservación a temperatura ambiente (más del 90%) o refrigerados, con un tratamiento térmico más suave y, por tanto, con mejores características gustativas originales, pero caducidad más corta.
- El zumo a partir de concentrado, que se obtiene después de someter el zumo exprimido a un tratamiento térmico de evaporación de hasta el 85% del agua para facilitar el transporte. Los mayores proveedores del mundo de zumo concentrado son Brasil y EE UU y los concentrados congelados se negocian incluso en los mercados de futuros. Al envasarse y reconstituirlo de nuevo para el mercado final, se le incorpora el agua, pulpa, aromas, y las vitaminas perdidas. Se conserva a temperatura ambiente. Comparados con los exprimidos, y desde un punto de vista nutricional, los zumos de concentrado aportan más vitamina C porque ésta se añade al momento de reconstituirlos. Desde el punto de vista organoléptico (sabor, color, olor) son menos ácidos, más dulces y con sensación de refresco, sin aromas.
- El néctar, que también se elabora a partir de concentrados, pero a los que se añade hasta un 50% de agua y azúcares o edulcorantes. Es como un zumo diluido.