¿Burbuja gastrotelevisiva?
- Estamos aprendiendo como funcionan por dentro los restaurantes y, por consiguiente, a ser más críticos cuando las cosas están mal hechas y a valorarlas más cuando salen perfectamente. En un país que vive eminentemente del turismo, creo que es importante que los locales tengamos criterio y sepamos exigir para poder ofrecer los estándares de calidad que se esperan del sector. Esto es un comienzo.
- El cocinero, que se tenía como un oficio de segunda, está pasando a ocupar el lugar que se merece y su trabajo, como creador y gestor, por fin se ve reconocido y valorado. A mí me han venido niños de 10 años acompañados de sus padres y me han dicho que querían ser cocineros de mayores. ¡Sí, sí! Ni futbolistas, ni pilotos de F1 ni actores. ¡Cocineros! Esto me parece precioso y un cambio de mentalidad muy serio.
- La gente en sus casas se está interesando por la cocina y se está soltando a cocinar. Cada vez es más habitual que un par de parejas o unos amigos queden en casa de otros, lleven un par de platos y disfruten todos juntos de un vino y una comida. Quizás haya algún motivado que haga pollo al ajillo con aire de mostaza o quiera esferificar el gin-tonic de después de comer pero, en general, es super enriquecedor; contribuye a conocer mejor el producto que tenemos, a aprender nuevas recetas y, en consecuencia, a mejorar en media los hábitos alimenticios.
- Por primera vez un programa (MasterChef) le ha ganado en audiencia a la final de Gran Hermano. Sobran palabras para expresar mi dicha.