La Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) ha obtenido el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2013, último en fallarse de los ocho galardones que convoca anualmente la Fundación que lleva el título del Heredero de la Corona española. El galardón, al que optaban 37 candidaturas de 31 nacionalidades, recayó en las últimas ediciones en el Banco de Alimentos, los Héroes de Fukushima, Manos Unidas y la ciudad de Berlín. Según los Estatutos de la Fundación, el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia se concede a aquellos «cuya labor contribuya de forma relevante a la defensa de los derechos humanos, al fomento de la paz, de la libertad, de la solidaridad, de la protección del patrimonio y, en general, al progreso de la humanidad». La candidatura de la ONCE fue propuesta por Ángel García, presidente de Mensajeros de la Paz; Rafael del Río, presidente de Cáritas, y Soledad Suárez, presidenta de Manos Unidas, organizaciones galardonadas con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 1994, 1999 y 2010, respectivamente; así como por Juan Manuel Suárez, presidente de Cruz Roja Española, y Consuelo Crespo, presidenta de UNICEF-España. La ONCE fue creada en 1938 -este año celebra su 75 aniversario- al unirse varias asociaciones ya existentes con el objetivo de que estas personas pudieran vivir de un trabajo y no dependieran de una pensión, y mejorar así la calidad de vida de ciegos y deficientes visuales, según ha destacado la Fundación en un comunicado. La institución social cuenta con el reconocimiento y la protección del Estado para la venta del cupón de la ONCE, una lotería con la que la entidad se financia y crea puestos de trabajo para muchos de sus afiliados, y cuyo primer sorteo se celebró el 8 de mayo de 1939. La ONCE ofrece a las más de 71.000 personas con ceguera o grave deficiencia visual que viven en España un conjunto de ayudas, la mayoría de carácter gratuito, que van desde la rehabilitación básica y visual, las prestaciones económicas asistenciales y la educación especializada, hasta el acceso a la cultura, el deporte y el fomento del empleo. La ONCE también desarrolla una amplia labor internacional, sobre todo a través de la Fundación ONCE para la Solidaridad con las Personas Ciegas de América Latina (FOAL), creada en 1998 como impulso del Fondo de Cooperación con Iberoamérica existente desde los años 80. Así, la ONCE actúa en 19 países de América con acciones en los ámbitos educativo -beneficia a más de 121.000 escolares ciegos- y formativo y laboral que han llegado a más de 52.000 personas en los últimos cuatro años. Asimismo, es miembro e impulsora de la Unión Europea de Ciegos, la Unión Mundial de Ciegos, el Consejo Internacional para la Educación de Personas Ciegas, forma parte del Foro Europeo de la Discapacidad, trabaja con el Comité de Expertos de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y, desde 2000, actúa a nivel europeo persiguiendo el objetivo de que las directivas comunitarias tengan en cuenta a las personas discapacitadas.