La batalla por el control de Malula despierta los fantasmas de la violencia sectaria

Malula , localidad cristiana a 40 kilometros de Damasco, vive desde la pasada semana fuertes enfrentamietos entre la fuerzas del régimen y los rebeldes. El pasado miércoles, milicianos rebeldes, que según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos pertenecían al frente islamista Al Nusra, vinculado con Al Qaeda, entraron en la ciudad haciéndose con el control. Desde entonces el régimen lucha por recuperar Malula utilizando lo mejor de su guarnición. Esta población, donde antes de los combates residían casi 3.000 personas, es ahora un pueblo fantasma, plagado de trincheras

Los rebeldes se resisten a abandonar sus posiciones. Sus tiradores de élite se encuentran en la parte alta de la colina, por lo que los soldados de régimen sufren una lluvia de disparos cuando tratan de avanzar desde el valle. El convoy de la prensa que les acompaña sufría ayer los disparos de los francotiradores quedando atrapados durante horas en las trincheras del ejército sirio.

La batalla de Malula reaviva el fantasma de la violencia sectaria, que reaparece en un país de mayoría suní donde la suma de la minoría alawí (a la que pertenece el clan Assad) y la cristiana no llega al 25%.