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El debut póstumo de la estrella que no lo fue

Baby Huey era un hombre de excesos, con su peso, con las drogas y el alcohol, pero también por  su voz. Cuando abría la boca surgía un huracán lleno de fuerza. El cantante giró bastante durante los sesenta pero apenas grabó material, una música en esa onda en la que el soul abrazaba la psicodelia dando lugar a un sonido aún más sugerente y salvaje. Huey sabría interpretar ese sonido de una manera especial que encajaba con su forma de entender la vida: lleno de fuerzas, sin límites.

James Ramey, que era su verdadero nombre, nació en Indiana y llegó a Chicago de joven. En la ciudad del viento comenzó a rodar su carrera musical formando parte de bandas locales de escasa trascendencia. Poco a poco fue haciéndose un nombre gracias a su presencia física sobre escenario. Su altura, su peso, su pelo afro y su torrente vocal acabaron por conquistar todas las salas de la ciudad de blues.

El álbum se abre con la espectacular ‘Listen to me’, un tema en el que la psicodelia se funde con el soul y se envuelve con la voz triste y desgarrada de Ramey. El segundo corte, ‘Mama get yourself together’, es uno de los dos únicos temas compuestos por Ramey y sirve de antesala al ‘A change is going to come’ de Sam Cooke, una versión inmensa, tan inmensa como el propio cantante que tras escucharla hace que te preguntes los motivos por los que este artista ha permanecido en el olvido. Tras nueve minutos y medio de un delicioso ruido, la primera cara del vinilo termina dejando un poso de silencio e incredulidad.

La segunda cara cuenta con tres versiones del eterno Curtis Mayfield, una de las pocas personas que creyó en Huey, en su talento, en su capacidad de convertirse en una estrella a pesar de que el cantante llegaba tarde a las sesiones o incluso llegó a no presentarse en alguna.  ‘Mighty, mighty’ es una canción alegre con coros que se repiten mezclando voces infantiles, de mujeres y el torrente de Huey. También suena como nueva la versión de ‘California Dreamin’, acertada, diferente, fresca. El disco se cierra con ‘One dragon, two dragon’, el otro tema compuesto por el músico  de Indiana. ‘The Baby Huey story: The living legend’ es un disco que cuando acabas lo vuelves a poner, a escuchar con atención descubriendo matices, nuevos detalles, giros sonoros, juegos y experimentos que llevan la música un paso más allá de la vanguardia pero manteniendo el poso clásico y cálido del soul, el cobijo de algo conocido que sin embargo resulta desconocido, adictivo de un modo misterioso. Baby Huey vivió rápido y dejó un único disco, un trabajo que llegó a las tiendas tras su muerte pero que captó toda la energía de ese gigante, de ese hombre inmenso con cara de niño que se quedó fuera del Club de los 27 a pesar de las muchas similitudes que le une a sus miembros. Baby Huey no fue considerado una estrella, pero lo fue.

 

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