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El Supremo da la vuelta a una violación y convierte al agresor en víctima

El Tribunal Supremo ha admitido el recurso de un hombre condenado por violar a una mujer cuando estaba dormida y admite un nuevo relato de hechos en los que el hombre se durmió en el sillón y despertó cuando la mujer le estaba pegando

El Tribunal Supremo ha absuelto a un hombre que fue condenado por violar a una mujer cuando estaba dormida, y cambiando el relato fáctico de los hechos declara finalmente probado que el hombre es inocente ya que él fue quien se durmió en el sillón y tuvo que huir después de que ella empezara a agredirle sin razón aparente. Los jueces creen que las pruebas recogidas no son suficientes para creer la versión de la denunciante, unido a que los informes médicos no indican signos de ninguna agresión sexual por parte del acusado.

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El Tribunal Supremo ha dado la vuelta a lo que inicialmente parecía una violación, y ha convertido al agresor en víctima. Los jueces del alto tribunal han decidido absolver a un hombre que había sido condenado por la Audiencia Provincial de Valencia por violar a una mujer mientras estaba dormida, y declara como probado ahora que fue el hombre quien se quedó dormido en el sillón y la mujer quien empezó a agredirle con violencia sin motivo aparente. Sobre él pesaba una condena de cuatro años de cárcel por un delito de abuso sexual, además de una prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la mujer y la obligación de hacer frente a una indemnización de 5.000 euros por daños morales.

El Tribunal Supremo da la vuelta a los hechos que la Audiencia Provincial y un juzgado de instrucción de Valencia consideraron probados, y lo hace por entender que las pruebas recogidas no sólo no son suficientes para entender la culpabilidad del acusado sino todo lo contrario. Tiene en cuenta el Supremo los informes médicos y forenses, que no reflejaron que la mujer tuviera lesiones ni presentara signos de violencia, como los informes periciales sobre análisis de los restos biológicos señala que ningún resto se corresponde con el acusado.

Llegó a casa llorando y con arañazos

La sentencia también refleja los antecedentes de comportamiento de la mujer: el archivo de una denuncia por agresión sexual que presentó contra un amigo, diversas detenciones por tenencia ilícita de armas, y condenas por quebrantamiento de condena. Por contra, manifiesta que el ahora absuelto no cuenta con ningún tipo de antecedentes, y que según declaró su pareja "llegó nervioso, llorando, con arañazos en cara y algún hematoma en brazos", extremos confirmados por los médicos. La mujer, según declara la sentencia, "era conocida en la barriada por los números que montaba".

Dos relatos de hechos muy diferentes

Los jueces del Supremo, por tanto, consideran que el relato de la mujer no se sostiene, y lo sustituye por el del acusado. De un relato de hechos inicial en el que el acusado "se hizo una raya de cocaína y se sentaron en un sofá del salón comedor y estuvieron hablando hasta que ella se quedó dormida. El acusado guiado por el ánimo de satisfacer sus instintos libidinosos aprovechó esta circunstancia para bajarle parcialmente los pantalones y penetrarla vaginalmente. Cuando esto sucedió la mujer despertó súbitamente y lo apartó propinándole un empujón, saliendo el hombre del domicilio", la sentencia pasa a otro relato nuevo en el que "estuvieron hablando hasta que él se quedó dormido en el sofá, despertándose súbitamente porque ella estaba golpeándole, sin razón aparente. Ante ello, el acusado se marchó asustado, apreciándosele, cuando fue reconocido médicamente, ligera tumefacción en región fronto temporal, excoriaciones en la raíz nasal y erosiones longitudinales en la región cervical posterior, que no necesitaron tratamiento posterior a dicha asistencia".

 
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