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El Supremo absuelve a un hombre acusado de abusar de una discapacitada mental

Sostiene que la única prueba inculpatoria fue la declaración de la supuesta víctima y que "no supera el análisis de credibilidad ya que presenta contradicciones"

El Tribunal Supremo ha decidido absolver por falta de pruebas a un hombre que fue acusado de abusar sexualmente de una discapacitada, por entender la justicia que la única prueba inculpatoria fueron las declaraciones de la supuesta víctima, declaraciones contradictorias que "no superan el análisis de credibilidad". El hombre, cercano a su familia, asegura que la joven, de etnia gitana como él, le acusó para encubrir que en realidad había tenido relaciones con un hombre que no era gitano para que su familia no se enterase y "evitar una reacción violenta contra el responsable real de los hechos".

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El Tribunal Supremo ha absuelto por falta de pruebas a un hombre acusado de haber abusado sexualmente de una joven discapacitada. Fue condenado a cuatro años de cárcel por la Audiencia Provincial de Valencia, pero el Supremo entiende que la única prueba contra él fue la declaración de la joven, testimonio que para los jueces carece de toda credibilidad por la imprecisión de la denuncia y las constantes contradicciones en que ocurrió la joven a lo largo del proceso judicial. El Supremo declara probado que el hombre tenía contactos con la joven, cercana a su familia, para tomar café pero que eso no es suficiente para probar que abusara sexualmente de ella:"La acusación realizada es tan imprecisa que el acusado no sabe en realidad de que defenderse, pues no se concreta ni cuando, ni donde se produjeron los supuestos abusos".

El acusado es un hombre de 58 años que fue denunciado por la familia de la joven, que padece una discapacidad global del 52% y sordera, por presuntamente acercarse a ella para tomar café y finalmente abusar sexualmente de ella, "aprovechando las relaciones familiares que les unían". Las únicas pruebas de cargo que llevó a la condena de cuatro años de cárcel por un delito de abuso sexual por parte de la Audiencia Provincial de Valencia fueron las declaraciones que la joven realizó ante la justicia en diversas ocasiones: declaraciones a las que ahora el Tribunal Supremo priva de toda credibilidad. Para los jueces de la Sala de lo Penal, la joven incurrió en numerosas contradicciones a lo largo del proceso, dando cada vez una versión distinta de los hechos de manera que sus testimonios "no superan el análisis de credibilidad".

Una declaración "ni persistente ni precisa"

En la sentencia absolutoria, de la que ha sido ponente el juez Cándido Conde-Pumpido, los magistrados exponen lo que consideran como "constantes contradicciones" tanto en las declaraciones de la joven como las de su hermana, en la denuncia interpuesta por su familia. En su primera declaración ante la policía, la joven manifestó que el acusado le obligó a mantener relaciones sexuales, y que sólo sucedió una vez, aunque ese mismo día ante la Guardia Civil cambió su versión y manifestó que estas relaciones habían sido consentidas y que "ya era suficientemente adulta para mantener relaciones con quien quisiera.". Finalmente, en el juzgado de instrucción, explicó que el acusado "le echó alguna pastilla en la bebida, que le ponía un cuchillo en el cuello y que la amenazaba con matarla y echarla al mar". Para el Supremo, esta es una acusación "que carece de la mínima persistencia" y que no debería haber sido suficiente para considerarlo como prueba de cargo y enervar la presunción de inocencia del acusado, recogiendo asimismo las dudas que expresó el tribunal sentenciador sobre la credibilidad del testimonio de la joven y la dificultad añadida que supuso para ella declarar a través de un intérprete debido a su sordera.

El Tribunal también rechaza que la declaración prestada por la hermana de la joven apoye la teoría de la denuncia: declaró que "creían que había sido él porque la gente los veía muy juntos en los bares, pero luego dijo su hermana que había estado con otros".

El acusado alega que se le denunció "para encubrir a un payo"

La sentencia también recoge la estrategia de defensa llevada a cabo por el ahora absuelto, un hombre de 58 años de etnia gitana, como la joven con discapacidad. Defendió ante el tribunal que la chica y su familia le habían denunciado a él para encubrir que, en realidad, la joven mantenía relaciones con otro joven que no era gitano para evitar "una reacción muy violenta por parte de los hermanos y familiares de la joven". El Tribunal Supremo no entra a valorar esta posibilidad, aunque sí señala que la denuncia fue presentada por la familia de la joven después de llevarla a una matrona para comprobar si seguía siendo virgen y le forzaron posteriormente a denunciar a la persona con la que supuestamente había tenido relaciones. Una alegación que para el Supremo no está acreditada pero no está tampoco "desprovista de apoyo sociológico, tiene como soporte probatorio las propias declaraciones de la joven, que afirma en su primera declaración que teme que sus hermanos maten a quien ha tenido relaciones con ella".

 
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