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Ana Pastor y Jordi Évole: la pregunta como arma, la audiencia como respaldo

El tándem informativo de moda para el <i>prime time</i> del domingo

Jordi Évole y Ana Pastor en La Sexta

Jordi Évole y Ana Pastor en La Sexta

Su cadena, La Sexta, ha logrado en los dos últimos meses ser la tercera más vista de la televisión en España. Lo ha hecho logrando en noviembre un 6,3% de cuota de pantalla y luchando mano a mano contra su principal competidor, Cuatro (5,8%). Sin embargo, ellos, están en la liga de los grandes. Cada domingo, en la franja más importante, La Sexta disputa el liderato con quien se tercie. Mira a las grandes a los ojos. Lo hace gracias a los programas de Ana Pastor y Jordi Évole.

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Entre un acierto y una casualidad -en televisión las casualidades no lo son tanto, como todo, es la cifra de audiencia la mano que mece la cuna- La Sexta tuvo la ocurrencia de convertir la descafeinada noche de los domingos en una franja ideal para masticar la información, para digerir datos, para desenmascarar mensajes.

Ese 'Salvados por la campaña' tenía un aire también a algunos reportajes del 'Caiga quien caiga' de la época de Wyoming, cuando uno de sus trajeados reporteros se acercaba hasta El Congreso o a algún acto de un político y con algunas incómodas preguntas sacaban los colores a un interlocutor que no sabía cómo responder.

Esas dos emisiones que conformaban el 'Salvados por la campaña' obtuvieron un moderado apoyo de la audiencia: 1.168.000 (6,0%) y 1.073.000 (5,7%) espectadores respectivamente.

La propuesta que nos presentaba Jordi Évole no era en exceso rompedora, a pocos sorprendió. Tampoco nadie hablaba de ejemplo de periodismo -¡cómo ha cambiado la cosa!-. No era algo novedoso y se emitía en una cadena que, por aquel entonces llevaba menos de dos años en el aire. Sin embargo, se trataba de un programa bien hecho y que resultaba ser como un soplo de aire fresco. Un programa con el que pasar un rato cómodo y divertido abordando temas de interés general.

Tras esas dos emisiones, en La Sexta debieron pensar que no eran datos malos, pues por aquel entonces lo marcado por el programa de Jordi Évole estaba dentro de los parámetros aceptables. Esos meses de febrero y marzo de 2008, La Sexta promedió un 5,2% de share. Así que en mayo de ese 2008, se daría continuidad a la idea original y ese 'Salvados por la campaña' se transformaría en un 'Salvados por...'. Ese tercer programa se emitió el 25 de mayo de 2008 con la Iglesia como eje central. Después llegaría un 'Salvados por la Eurocopa', 'Salvados por los toros', 'Salvados por la tele...'

Jordi Évole ponía fin a la primera temporada de 'Salvados' el 20 de julio de 2008 con un total de 9 episodios y una audiencia media de 885.000 espectadores (5,2%). Pese a la bajada de público -el último episodio sólo congregó a 476.000 personas, un 3,8%-, la cadena siguió apostando por el estilo mitad impertinente, mitad inocente de un reportero al que cada vez menos gente llamaba 'Follonero'.

1ª Temporada |885.000 | 5,2%

2ª Temporada |1.064.000 | 6,1%

3ª Temporada |1.186.000 | 6,5%

4ª Temporada |1.200.000 | 6,1%

5ª Temporada |1.249.000 | 6,6%

6ª Temporada |1.760.000 | 8,0%

7ª Temporada |2.756.000 |13,5%

8ª Temporada |3.041.000 |14,8%

9ª Temporada |3.293.000 | 15,9% (temporada aún en emisión)

El programa fue perfeccionándose, avanzando en la búsqueda de protagonistas a los que situar frente al micro y frente a la cámara. En ese mismo elemento -los entrevistados- es donde 'Salvados' ha tenido siempre su fortaleza y su debilidad.

En ocasiones ese entrevistado o ese conjunto de entrevistados han sabido ilustrar mejor que nadie al español medio cuestiones de gran peso y difícil digestión conceptual. Expertos en economía, educación, comunicación política... respondían a las preguntas de Évole de una manera clara y entendible por el común de los mortales. Y si ellos no lo hacían, Jordi rebajaba su nivel, aumentaba la precisión de la pregunta y su sencillez.

Sin embargo, en no pocas veces -y esa es una de las cruces de 'Salvados'- las respuestas de los personajes entrevistados conforman en su conjunto un discurso previamente pretendido. No tanto porque quiera marcar una línea editorial más cercana a una ideología que otra, sino porque persiga llegar a conclusiones populistas sobre determinadas y polémicas realidades. En la actualidad, mostrar lo mal que funcionan o lo poco transparentes que son determinadas instituciones, resulta muy atractivo para un sociedad cansada de ser señalada como culpable de los desmanes de otros.

Por su parte, Jordi Évole ha conseguido algo muy complicado para cualquier periodista o entrevistador: convencer a la audiencia de que, cuando se trata al entrevistado con respeto y existe una gran labor de documentación previa, no hay preguntas impertinentes, sino entrevistados desarmados por la claridad de la pregunta o irritados al verse desenmascarados y sin la posibilidad de responder con las acostumbradas trivialidades.

Y la audiencia está respondiendo y respaldando a este programa. Salvo su cuarta temporada, en todas las demás ha mejorados los registros de la anterior. En las dos últimas, ha alcanzado unos datos realmente buenos: 13,5% y 14,8%. Y en la actual, la novena, aún los está mejorando ya que promedia 15,9% con 3,3 millones de espectadores. Su episodio más visto de la actual temporada rozó los 4 millones de espectadores con un 19,3% de share.

La incisiva Ana Pastor

Y si Jordi Évole echa mano de la ironía, la no complejidad y la explicación lógica; la periodista Ana Pastor marca su estilo por la reiteración, por la repregunta, por no permitir que un entrevistado tome el pelo a sus telespectadores cuando ella le pregunta por ovejas y éste le responde con manzanas.

Contumaz, incisiva, directa... el estilo de Ana Pastor se fue afianzando entre el espectador y el crítico televisivo. Una manera de afrontar la entrevista que ocasionó que muchos políticos como María Dolores de Cospedal o Rafael Correa le reprocharan su trato, a su parecer parcial y poco objetivo.

Tras salir de TVE, en 2012, Ana Pastor comenzó a trabajar para CNN, canal en el que Ana seguiría haciendo lo que mejor sabe: preguntar, entrevistar.

Y así llegó a La Sexta, con la pregunta como su herramienta de trabajo. Con la pregunta como su mejor arma. Lo hizo el 2 de junio de este año, con un programa hecho a medida, tanto en el nombre como en su estructura: 'El objetivo de Ana Pastor'.

Para alegría de sus detractores y de sus admiradores, Ana Pastor ponía en su diana en ese primer programa el milagro económico de Aznar. ¿Falso mito o buena gestión? Ese primer programa obtuvo una gran audiencia de 2.622.000 (14,9%), la mejor que ha conseguido 'El objetivo' hasta la fecha.

Ana Pastor cerró su primera temporada, tras 6 programas, el 7 de julio. La audiencia media, 1.602.000 espectadores y 9,6%. Más de 3 puntos y medio por encima de la media de la cadena.

1ª Temporada |1.602.000 | 9,6%

2ª Temporada |1.611.000 | 8,6%

'El objetivo' volvía el 1 de septiembre con su segunda temporada y con potentes entrevistas (Zapatero, Esperanza Aguirre, Rubalcaba, Rosa Díez...). El echar un vistazo general a sus invitados, da para comprobar que lejos del bipartidismo imperante, Ana Pastor sienta en su plató a diversos actores del panorama político desde la patronal, los sindicatos, pasando por opciones políticas alternativas... Variedad y diversidad.

En esta segunda temporada, pese a que sólo pasaron dos meses entre una y otra, hemos encontrado a una Ana Pastor más dueña de su plató y más conocedora de los terrenos en los que se mueve. La audiencia ha seguido arropándola. Este domingo concluyó la segunda temporada, tras 14 programas, con una cifra de espectadores similar a la de su primera entrega: 1.611.000. La cuota de pantalla ha descendido un punto hasta el 8,6%, siguiendo más de dos puntos por encima de la media de la cadena.

En la segunda entrega de 'El objetivo de Ana Pastor' ha habido momentos especialmente tensos como su entrevista a Esperanza Aguirre. Casi todos ellos provocados por una misma razón: el entrevistado se sentaba delante de Ana Pastor tomándola como una enemiga y ella no hacía nada por evitar que fuera así; más, al contrario, terminaba arrinconando al entrevistado con sus preguntas y provocando que éste adoptase una postura a la defensiva. En ocasiones, Ana Pastor ha caído en el error de ser tan incisiva de no dar aire al entrevistado. Su obstinación ha jugado en su contra.

Otras veces, Ana se ha topado contra un muro contra el que nada podía hacer... y es que en esto de la entrevista, si uno no quiere, dos no charlan.

'El objetivo' volverá a La Sexta con su tercera temporada en enero de 2014.

Jordi Évole y Ana Pastor conforman un tándem informativo adaptado a las exigencias del público. Buscan respuestas. A veces las consiguen, otras obtienen mensajes abstractos y, las menos, fracasan en su intento. Usan el arma más poderosa al alcance de un periodista, de una democracia y de cualquier ciudadano, la pregunta. Con estilos característicos, muy personales y distintos, ni él ni ella han inventado nada. Lo que nos cuentan o los asuntos que abordan ya han sido tratados en radio, prensa... La fuerza de ambos no reside en lo que dan a la audiencia, sino en cómo lo dan y en dónde lo dan.

Simplemente -como si fuera fácil- hacen bien algo que escasea en televisión, para muchos, un medio que sólo debe entretener. Dos programas que parten de la base de que el público no es estúpido. Dos programas con un magnífico equipo que, como ambos han reconocido, guarda la llave del éxito en un cajón sepultado por muchas horas de trabajo.

Jordi Évole y Ana Pastor, se enfrentan a su público y a sus entrevistados con la poderosísima arma de la pregunta. La audiencia les otorga un cómodo respaldo.

 
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