La portavoz del grupo socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, ha calificado estas afirmaciones de impropias en un país con libertad de expresión y ha considerado la actitud del ministro Montoro de gansteril. Cristóbal Montoro respondía a una interpelación del socialista Pedro Saura, sobre el escándalo desatado en la Agencia Tributaria cuando una inspectora fue cesada por realizar un acta sancionadora a la multinacional mexicana Cemex y desestimar posteriormente el recurso presentado por esta compañía. En solidaridad con la cesada presentó su dimisión su inmediato superior en la Delegación de grandes contribuyentes, y se presentaron más renuncias de otros inspectores, que no fueron aceptadas. En su interpelación el socialista Pedro Saura insinuó que la consultora que creó en 2006 Cristóbal Montoro y que vendió en 2008, podría haber actuado en defensa de Cemex ante la Agencia Tributaria. La consultora en su momento se denominó «Montoro y Asociados» y pasó a llamarse «Equipo Económico» cuando fue abandonada por el actual ministro. La respuesta de Montoro ha sido triple, tras asegurar que todo es falso. En primer lugar ha asegurado que no tiene relación alguna con la consultora, cuyas acciones vendió cuando en 2008 fue nombrado portavoz económico del PP. En segundo término, ha negado que dijera el pasado viernes, sin micrófonos, que los ceses en la Agencia se debían a la presencia de socialistas en el organismo. Ha asegurado que hay seis altos cargos del Gobierno socialista en la Delegación de grandes contribuyentes del organismo, donde se tramitaba el expediente de Cemex. Pero lo más asombroso ha sido la insinuación de que la información de Cemex se debía a una presión de los medios que habían destapado el caso por ser morosos con la Agencia Tributaria. Recordemos que fueron la Cadena SER y el diario El País. Los empleados de la Agencia Tributaria, y por extensión, los de Hacienda, tienen prohibido referirse a contribuyentes concretos. Montoro ha asegurado que si él lo sabe es porque los afectados (los responsables de los citados medios) acuden a su despacho a contarle sus problemas económicos. No es la primera vez que el ministro de Hacienda aduce problemas tributarios de aquellos que le critican o que publican informaciones. Lo ha hecho ya con el diario El País, con el colectivo de actores o con Izquierda Unida.