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Los candidatos del PSOE deberán comprometerse por escrito a apoyar al ganador de las primarias

Los aspirantes tendrán que asumir también el programa electoral y su opinión no será vinculante en la comisión que controlará el proceso

Parece una evidencia, pero nadie sabe lo que puede ocurrir en unas primarias que serán abiertas y pueden propiciar una (otra) batalla interna. Por eso el PSOE quiere tener algunas certezas por escrito. El reglamento que aprobó este sábado el comité federal exige a los aspirantes que firmen "un compromiso de respeto al programa electoral y de apoyo a la candidatura que obtenga la designación". Lo que a simple vista resulta "un compromiso obvio", como apuntan en Ferraz, tiene en realidad más recorrido.

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Se da por supuesto que quien quiere ser el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno comparte el ideario del partido, sin necesidad de que lo suscriba en un papel. Por esa misma razón, lo previsible es que los aspirantes derrotados apoyarán resignadamente al ganador de las primarias porque, al final, será la apuesta de su partido. Si es tan obvio, sin embargo, ¿por qué se les exige un compromiso? "Los reglamentos enumeran todo lo que pueden, se meten a regular al máximo", justifican en Ferraz. Pero el contexto reciente del partido sirve para interpretarlo de otra forma.

El PSOE lleva dos años con una disputa soterrada por el poder. Lo describió Felipe González meses atrás: "Las primarias no pueden ser la segunda vuelta de un congreso. Si haces un congreso y no lo ganas, al día siguiente no puedes pedir unas primarias como segunda vuelta de lo que has perdido". Era un dardo a Carme Chacón, a la que reprochaba que pidiera primarias para ganar así el congreso en el que Rubalcaba se convirtió, por 22 votos de diferencia, en secretario general.

La obligación de respaldar al candidato vencedor, que aparece en el artículo 31 del reglamento, parece estar llamada a contener más batallas internas. Sobre todo porque, por muchas quinielas que circulen, no se conocen aún los nombres que acabarán discutiéndose el liderazgo.

Las normas de las primarias incluyen lo que puede parecer otra obviedad: los aspirantes deberán asumir con su firma el programa electoral, lo que les obliga a cumplirlo -cuestión ya de por sí compleja- y, por otra parte, compromete a los candidatos con los principios que salieron de la conferencia política del pasado noviembre.

Aquella conferencia se propuso dar un nuevo relato político al PSOE, un giro a la izquierda según convino la mayoría de los participantes. Fue aquella conferencia en la que Rubalcaba proclamó que el PSOE había vuelto tras un giro ideológico que promovió la actual dirección y que se plasmó en una ponencia con las nuevas ideas. Ese texto no es el programa electoral -que, en última instancia, corresponde al candidato- pero el programa tiene que salir de ahí. Las bases ya están puestas, y no las pusieron los aspirantes, sino la conferencia.

Comisión de garantías

El PSOE asegura que el proceso de primarias será "limpio e hipergarantista", en palabras de las vicesecretaria, Elena Valenciano. El partido anunció que los representantes de las candidaturas estarán en la comisión de garantías electorales, como en efecto ocurrirá, aunque su opinión no será determinante. Según detalla el reglamento, los vocales de las candidaturas "participarán en los debates de la comisión de garantías con voz pero sin voto".

 
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