Xoel López, el trotamundos de voz adictiva
Rumba, tango, <i>bossa nova</i> y rock se conjuraron este jueves en la sala El Sol de Madrid en un concierto de casi dos horas
"Buenas noches", dijo Xoel López nada más entrar al diminuto escenario de la sala El Sol en el centro de Madrid. El público abarrotó el local ansioso de ver al chico que en su último disco, 'Atlántico', ha cambiado el rock y la banda por canciones más calmadas, con nuevos ritmos y letras mágicas. Tras su viaje por América y sus nuevas composiciones lo único que parece seguir intacto es su voz exclusiva.
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Con vaqueros, camisa y americana, Xoel López apareció en el escenario de la sala El Sol de Madrid alrededor de las 22:30 horas, dio las "buenas noches" y empezó a cantar 'La gran montaña', que habla, entre otras cosas de conseguir llegar a casa. "Este concierto es muy importante para mí. Hace un par de meses que estoy viviendo aquí", y es que López cruzó el charco para hacer un viaje de dos meses que se convirtieron en cinco años.
"He traído muchas canciones en mi mochila", aseguró en un momento de la noche. Pero no solo se ha traído letras más mágicas que recuerdan a la literatura latinoamericana, también ha cogido prestados algunos de sus ritmos, muchos de sus escenarios y la calma.
Tras esto llegaron los acordes con sabor a bossa nova de su tema 'Hombre de ninguna parte' y demostró su destreza con la rumba al interpretar 'Caballero', que fue una de las canciones más cantadas por el público que abarrotaba la sala de la calle Jardines en una noche templada. A falta de banda, Xoel López utilizó silbidos, una pandereta amarrada a su tobillo y la caja de su guitarra a modo de cajón.
La nostalgia se adueñó del público con 'Por el viejo barrio' y la voz adictiva de Xoel resonó entre las paredes de la sala subterránea. Y es que este artista puede cambiar de nombre, de idioma, de ritmo y de estilo, pero lo que nunca cambia es su voz envolvente, su tono amable.
Avanzaba la noche y llegó la primera canción de Deluxe, 'Ver en la oscuridad', del disco de 2007 'Fin de un viaje infinito'. Al término de esta canción, Xoel se recolocó el flequillo, volvió a 'Atlántico' y entró en escena el folk. "Voy a tocar 'Desafinado amor' tal y como la compuse en Buenos Aires", explicó. El cantante se acordó entonces de Bob Dylan y Simon and Garfunkel y de lo complejo que fue adoptar la técnica 'fingerpicking' ya que mucho tiempo pensó que realmente había dos guitarristas.
Desenfundó su ukelele con 'Boca del volcán' y acarició el piano, flirteando al principio con los primeros acordes de 'Para Elisa', para tocar 'Postal de Nueva York' que "para unos es una canción que pasa desapercibida y para otros su favorita" y recordó su viaje de cinco años por América. Aprovechando que estaba sentado al piano, se colocó también su armónica y repasó 'Rostro de actriz'.
Se cumplía una hora de concierto cuando las reminiscencias de su paso por Argentina impregnaron sus cuerdas y su voz con 'Joven poeta', una canción de versos trágicos y de ritmo de tango. Con 'Historia universal' la púa hizo un buen trabajo regalando a los presentes trazas del rock de Deluxe. Los asistentes, con sus voces, sustituyeron a los instrumentos de viento de la canción original.
Faltaba poco para que terminase el concierto y tenía sonar 'Buenos Aires', una de las canciones 'principales' de 'Atlántico'. Acto seguido se acordó de 'Que no' del disco de 2003 de Deluxe y la gente lo agradeció con los brazos en alto diciendo "que no" porque hay cosas que, efectivamente, nunca cambian. Tras hora y media de concierto Xoel desapareció del escenario para regresar pocos minutos después y pedir a los asistentes que bailasen con él 'El amor valiente' y 'De piedras y arena mojada'. Xoel soltó la guitarra y se arrimó a las escaleras de pequeñas dimensiones que le separaban del público, desde ahí lanzó besos a todas partes y sonrió exhausto tras casi dos horas de música de todos los colores.