Científicos chinos crean los primeros monos 'cobaya'
Los primates están modificados genéticamente para que padezcan enfermedades complejas, entre ellas, las neurológicas y/o degenerativas
Los monos se han creado mediante un nuevo método de ingeniería del ADN que se conoce como Crispr. Se trata de contar con ejemplares lo más parecido a los humanos posible, para reducir los fracasos que se producen actualmente, cuando hay que pasar de resultados en roedores a los humanos. El experimento lo ha publicado la revista Cell y es el resultado del equipo de Jiahao Sha, en la Universidad Médica de Nanjing, junto con la Universidad de Investigación Biomédica en Primates de Kunming, China.
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Han nacido los dos primeros macacos con esta técnica, se modifica el genoma justo después de haberse producido la fecundación. De este modo, todo el organismo queda afectado por la modificación que añade la enfermedad a su ADN. Los científicos ya habían usado este método para modificar el ADN en células humanas cultivadas en laboratorios y también en la creación de animales como ratones, ratas o peces cebra. El estudio demuestra por primera vez que se pueden crear primates viables, con genomas en los que se han modificado genes específicos.
Mediante Crispr se puede insertar, borrar o reescribir una secuencia genética en un punto concreto. Otros investigadores pronto empezarán a utilizar la técnica para crear y usar macacos en sus trabajos. El director del Instituto McGovern de investigación cerebral, Robert Desimone, asegura que él y sus compañeros pretenden usar esta edición del genoma para crear sus propios monos modificados.
El hecho de que la edición genómica haya funcionado en la creación de monos, hace pensar que podría funcionar también para crear humanos genéticamente modificados. El jefe del equipo de los investigadores chinos, ha dicho al respecto que "por cuestiones de seguridad aún se tardará mucho en expandir esta estrategia a los embriones humanos".
Las asociaciones contrarias a la experimentación con animales, advierten que alrededor de unos 12 millones de animales son utilizados con fines científicos cada año en la Unión Europea, y que "unos 10.000 son primates no humanos". A pesar del gran dilema ético que supone utilizarlos y de que se han comenzado a utilizar métodos alternativos, los expertos insisten en que siguen siendo necesarios.