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El origen neoyorquino de 'El Principito'

Antoine de Saint-Exupéry escribió la obra entre Manhattan y Long Island. Los manuscritos y dibujos originales se exponen en la Morgan Library

Imagen de 'El principito' de la exposición de la Morgan Library en Nueva York(MORGAN LIBRARY)

Imagen de 'El principito' de la exposición de la Morgan Library en Nueva York

'El Principito' es uno de los libros más conocidos y un clásico de la literatura francesa del Siglo XX, pero pocos saben que se escribió en Nueva York. Saint-Exupery llegó a EEUU en 1940, después de que Francia fuera ocupada por Alemania en la Segunda Guerra Mundial. En un momento en el que su vida personal estaba marcada por la ansiedad y por el peso de la guerra, el aviador creó un libro que deja al descubierto los defectos de los adultos desde la mirada de un niño.

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Una exposición en la Morgan Library muestra el proceso creativo de la obra. En los manuscritos del texto y los bocetos de los dibujos se encuentran muchas páginas que el autor descartó. Se pueden ver las 15 versiones de prueba hasta que Saint-Exupéry dio con la frase más famosa del libro: "lo esencial es invisible a los ojos". Las manchas de café y quemaduras de cigarrillo en algunas hojas revelan los hábitos del autor: solía escribir hasta tarde y no dudaba en llamar a un amigo a las dos de la mañana para leerle algunas páginas y escuchar su reacción.

Las 140 páginas del manuscrito que se exponen en la Morgan Library son el único borrador escrito a mano que se conserva de 'El Principito'.

El piloto dibujaba desde niño y el principito, con su pelo rubio y su larga bufanda, era un personaje recurrente en sus bocetos. Su amiga Silvia Hamilton le sugirió que lo utilizara en un libro para niños. Saint-Exupéry compró un cuaderno de papel cebolla y trabajó en los dibujos y textos por varios lugares de la ciudad. En el que era su estudio, en la calle 52, hoy se encuentra el restaurante francés La Grenouille. En el apartamento de su amiga Silvia, en Park Avenue, usó a su perro como modelo para la oveja.

Los manuscritos, escritos en francés y a lápiz, muestran numerosos pasajes descartados, como el que explica la dieta vegetariana del principito o seis menciones a Nueva York, Manhattan y Long Island. "Si construyeras un edificio enorme de 50 pisos (como el Rockefeller Center) que cubriera todo Manhattan, y si toda la humanidad estuviera en él... ¡podrías albergar a todo el mundo en Manhattan!", escribió. Pero el origen estadounidense del cuento se revela incluso en el papel que utilizó. Una marca de agua visible a trasluz dice Fidelity Onion Skin. Made in the USA.

Saint-Exupéry era muy perfeccionista. Tras completar una primera versión y no quedar contento con el resultado del borrador, compró un dictáfono (por 683 dólares) para grabar los pasajes antes de enviarlos al mecanógrafo y al editor.

Los dibujos originales, la mayoría en acuarela, muestran algunas de las imágenes más conocidas del libro: el principito en el desierto, el rey solo en su planeta, el principito en un jardín tras descubrir que su rosa no es única en el universo. Otras ilustraciones fueron descartadas de la versión final, como una vista del piloto durmiendo en la arena del desierto después de que su avión se estrellara. Una de las escenas más evocadoras es un dibujo del principito vistiendo su bufanda amarrilla y flotando sobre la tierra. La hoja de papel está arrugada y, tras recuperarla de alguna papelera, alisada y conservada.

La muestra, abierta hasta el 27 de abril, contiene un dibujo que nunca se había mostrado antes al público. Pertenece a Mark Reinhardt, el nieto de Silvia Hamilton, al que Saint-Exupéry regaló uno de sus manuscritos antes de marcharse de Nueva York. Ilustra uno de los momentos más tristes del libro: el principito contemplando 44 puestas de sol desde su minúsculo planeta. La Morgan expone otros dos dibujos de la misma escena para que los visitantes puedan comparar las tres versiones.

Poco antes de abandonar la ciudad, Saint-Exupéry llegó un día a la puerta de Silvia Hamilton vistiendo un viejo uniforme militar. "Me gustaría darte algo espléndido", dijo, "pero esto es todo lo que tengo". Lanzó una arrugada bolsa de papel a la mesa de la entrada. Dentro estaban el manuscrito y los dibujos de 'El Principito'. La Biblioteca y Museo Morgan se los compró a ella en 1968.

Saint-Exupéry dejó Nueva York justo cuando se estaba imprimiendo su libro y regresó a Europa, no sin antes dejar algunas otras copias a sus amigos. Entre ellas, el libro que le entregó al hijo de Hamilton, el único dedicado a un niño. "Para Stephen, al que ya he hablado sobre El Principito, quien quizás sea su amigo", escribió el autor.

El aviador no vivió para ver su obra publicada en Francia, donde apareció tras la guerra. Murió cuando pilotaba un avión de reconocimiento en 1944, poco antes de la liberación de París. El brazalete de identificación que llevaba cuando cayó su avión también se encuentra en la exposición. Fue recuperado en 1998 cerca de Marsella y tiene inscrito su nombre y la dirección de su editorial en Estados Unidos: Reynal & Hitchcock, 386 Fourth (i.e., Park) Avenue, N.Y.C., U.S.A

 
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