Resucitan un virus congelado hace 30.000 años
Los científicos creen que el deshielo podría ocasionar la vuelta a la vida de organismos nocivos que creíamos erradicados
Lo han bautizado como "Phitovirus sibericum" y estaba enterrado a 30 metros de profundidad en el suelo congelado de Siberia. Es el más grande jamás hallado y puede infectar a las amebas. Aunque parece inofensivo para humanos y otros animales, los científicos alertan de que otros patógenos más peligrosos pueden estar congelados en el hielo y que el recalentamiento de la tierra puede activarlos de nuevo.
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Tiene 1,5 micrómetros de largo, comparable al tamaño de una pequeña bacteria. Los autores de este hallazgo, Jean-Michel Claverie y Chantal Abergel, tuvieron la idea de buscar un virus para descongelarlo cuando supieron que en Rusia habían resucitado una antigua planta de frutas enterrada en el "permafrost" siberiano durante 30.000 años. Usaron muestras equivalentes a las utilizadas por el equipo ruso y pusieron amebas a modo de cebo. Descubrieron que las amebas morían y encontraron partículas del virus en su interior. Este nuevo hallazgo eleva a tres el número de familias de virus gigantes conocidas, según los autores de la investigación publicada por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Claverie y Abergel se han mostrados preocupados de que el aumento de las temperaturas globales y las operaciones de minería y perforación en el Ártico, puedan descongelar muchos organismos nocivos que supongan una amenaza para la salud humana. Desde los años 70, el hielo ha retrocedido y las proyecciones de cambio climático sugieren que seguirá disminuyendo. Además es un área que se ha vuelto más accesible y está en la mira por sus recursos naturales, especialmente hidrocarburos.
Claverie advierte que exponer las capas profundas de suelo podría desatar nuevas amenazas virales, entre ellas la viruela que creíamos erradicada, "Es una receta para el desastre. Si comienzan las exploraciones industriales, la gente empezará a moverse alrededor de las capas profundas de hielo y de allí es donde viene el peligro", dijo en declaraciones a la BBC.
Aunque los virus gigantes suelen atacar a las amebas, una bióloga francesa, Christelle Desnues, descubrió el año pasado evidencias de que uno de estos organismos, Marseillevirus, había infectado a un niño de 11 meses de edad. Cuando fue hospitalizado encontraron rastros del ADN del Marseillevirus en su sangre.