Astrofísicos de EEUU detectan las primeras ondas gravitacionales

Observando la primera luz que emitió el Universo (la llamada "radiación de fondo"), el Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica , en Estados Unidos, ha encontrado la primera prueba que confirma cómo el Cosmos se expandió tras la enorme explosión que se produjo hace 13.800 millones de años

El Centro de Astrofísica Harvard-Smithsoniano ha dado una rueda de prensa para anunciar "un gran descubrimiento": la detección, por primera vez, de "ondas gravitacionales primordiales". Este hallazgo podría dar a los científicos una visión de cómo nació el Universo.

Que nadie se asuste. Las "ondas gravitacionales primordiales" son la última predicción que realizó Albert Einstein en su archifamosa ya Teoría de la Relatividad y que todavía no había sido probada en la práctica. Se trata de ondulaciones muy pequeñas y débiles en el tejido del Universo que originó el Big Bang y que llevan la energía a través del espacio, es decir, son como las ondas que cruzan el océano.

Pero, para poder detectar esta minúscula señal, el Centro Hadvard-Smithsonian de Astrofísica tuvo que construir en el Polo Sur un telescopio muy especial, Se llama "Bicep2" y ha estado escaneando el cielo recolectando la energía "fósil" del Big Bang.

Tras analizar los primeros resultados de este telescopio polar desde el año 2006, este equipo estadounidense de astrofísicos cree que, apenas 10 segundos después de la gran explosión, el Universo se vio obligado a expandirse a una escala gigantesca, lo que multiplicó miles de veces su tamaño en un pequeño periodo de tiempo. Según los científicos, esta enorme inflación explicaría por qué el Universo es uniforme desde un lugar a otro, pero, hasta ahora, esto era uno de los grandes misterios de la Física y muchos cosmólogos creen que las ondas gravitacionales podrían dar, por fin, una explicación a este enigma.

Los expertos han indicado que la clave de su éxito ha sido el uso de detectores superconductores nuevos. Los superconductores son materiales que, cuando se enfrían, permiten que la corriente eléctrica fluya libremente, sin resistencia.