El PSOE vuelve al 'puerta a puerta'

El secretario de Organización del PSOE, Óscar López, lleva semanas recorriendo las federaciones de su partido con una ecuación sencilla, al menos sobre el papel: el PSOE tiene 200.000 militantes, si cada uno de ellos habla con 35 personas, el mensaje habrá llegado a siete millones de potenciales votantes. Esa es la campaña que ha diseñado Ferraz, que ha preferido aparcar esta vez los grandes actos y las vallas publicitarias y regresar al boca-oreja con la esperanza de que esa forma de contacto, más directa, convenza a los electores que les abandonaron. Primero, deberá movilizar a su militancia.

Cuando, al poco de ser nombrada candidata, Elena Valenciano reclamó "al PSOE de las grandes ocasiones", no estaba llamando tanto a los dirigentes -eso que se suele llamar el aparato y que no tiene la mejor fama- sino a la base del partido, la que paga las cuotas y acude a sus agrupaciones aunque a veces se queje de cómo funcionan las cosas. A esa base, que en el caso de los socialistas llega a las 200.000 personas, es a la que está reclamando Ferraz para que sean ellos quienes, en su red más cercana de contactos o a través internet, logren sacar a los electores de casa para las elecciones del 25 de mayo.

López ha estado en Extremadura y Cantabria el fin de semana y este lunes se reúne con el comité electoral del País Vasco. En cada territorio pide que la gente del partido se movilice. La consigna de activar a las bases "al máximo porque existe la posibilidad cierta de ganar" la transmitió el viernes el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. Los socialistas lanzarán el sábado próximo dos millones de folletos para que el mensaje de las europeas llegue a los ciudadanos sin intermediarios.

En Ferraz sostienen que la situación está igualada con el PP según las encuestas, que hace semanas vaticinaban un posible empate a 17 escaños en el Parlamento Europeo aunque la situación puede haber variado ahora, una vez que el PP ha desvelado el nombre de su candidato. E insisten en que no habrá derrumbe del bipartidismo porque las dos formaciones mayoritarias difícilmente bajarán del 60% de los apoyos.