El PP busca en las europeas una victoria que avale sus políticas
Los populares esperan ganar el 25 de mayo para dar por refrendadas sus polémicas leyes, subidas de impuestos y todos los recortes que han aplicado en lo que va de legislatura. Creen que la corrupción no les va a pasar factura y que lo importante es que la gente se crea que la recuperación económica ha comenzado
En el Gobierno están contentos porque todas las encuestas dan que gana el Partido Popular. Pero preocupa mucho la alta abstención y para los cargos conservadores sería todo un drama que la participación estuviese por debajo del 40%.
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En el PP esperan ganar las elecciones del próximo 25 de mayo. Si ocurre, nada más conocerse el resultado también llegará la interpretación y ésta no será otra que los ciudadanos refrendan sus reformas, recortes, subidas de impuestos e incluso las leyes más polémicas, yendo desde la de seguridad ciudadana hasta la del aborto. Por muy ajustado que este el resultado, a pesar de la alta abstención y del batacazo que se pueden dar en algunas autonomías, fuentes del Partido Popular y del Gobierno reconocen que ésta será la lectura inmediata que servirá para que Mariano Rajoy diga que va a continuar con sus políticas por la misma senda.
Entre la precampaña y estos días, la estrategia popular ya está claramente dibujada. No las tienen todas consigo, más porque sus votantes puedan quedarse en casa que porque piensen que vaya a producirse un gran triunfo de los socialistas. Dentro del Gobierno no preocupa mucho el PSOE. Son muchos los ministros que creen que la gente todavía no ha olvidado la situación en la que estaba España cuando dejaron la Moncloa y por eso mismo, a pesar de llevar ellos más de dos años en el poder, están haciendo de la herencia recibida su grito de guerra.
Por otro lado, en las filas populares aseguran que no les inquieta que UPyD crezca o que Vox se lleve a su electorado más conservador. Pero la verdad es que en todos los mítines que ha protagonizado hasta ahora Rajoy, el presidente se encarga, por algo, de señalar a los partidos pequeños como "irrelevantes" y de decir que solo "las grandes formaciones" tienen peso y voz en Europa. En el PP miran, sobre todo, con recelo a Ciutadans porque piensan que no es solo una amenaza en Cataluña sino también de cara al futuro, dando porque hecho que al año que viene entrará en las Cortes.
Y no sólo se lanzan advertencias sobre los nuevos partidos. En la conferencia del candidato del PPE a presidir la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, Rajoy también pidió el voto para su formación, alertando contra "los populismos, los eurófobos y las fuerzas políticas disgregadoras que pondrían en peligro la salida de la crisis".
Campaña y debate
Los populares tratan de movilizar a los suyos a toda costa. En el Grupo Popular hay quien recuerda una frase que se decía en la última etapa de Aznar: "Nos votan pero no nos quieren". Y creen que ahora es más importante que nunca que les vayan a votar.
En el Ejecutivo están contentos porque todas las encuestas dan que gana el PP pero intranquilos por la alta abstención que se prevé. Para sus cargos sería un drama que la participación estuviese por debajo del 40 por 100, aunque consideran que habrá que compararlo con el resto de Europa. No quieren pasar a la historia con semejante récord. Y en la Moncloa se ha hablado del peligro de que a la desafección política se sume toda esa gente que decida "irse a la playa o al fútbol".
Dentro de Génova había diferencias de criterio a la hora de enfocar la campaña. Mientras unos querían que fuera agresiva, otros defendían que fuera plana. Entre estos últimos estaban el sociólogo de cabecera de Rajoy, Pedro Arriola, y el director de campaña, Carlos Floriano. Ganaron ellos y, viendo como van los sondeos, se hará todo lo posible por evitar las estridencias.
Esperan que el debate de hoy avive un poco el ambiente porque creen que en la calle no existe la sensación de que estemos en campaña. No ven tensión electoral. Y tienen claro que por mucho que Elena Valenciano hable de corrupción o aborto, Miguel Arias Cañete se ceñirá a sus temas y responderá con agricultura. Lo que quieren demostrar es que está más preparado que ella.
Termómetro electoral
La noche del 25 de mayo se analizarán con lupa todos los datos en el cuartel de la calle Génova. Una victoria servirá de respiro, sobre todo para que no se disparen los nervios entre los barones territoriales. Pero luego llegará Arriola, marcando los puntos rojos. La alerta siempre se sitúa sobre Andalucía y Cataluña. Pero en esta ocasión, las europeas van a servir como termómetro electoral de la situación en Madrid y en la Comunidad valenciana, los dos grandes feudos del PP que están en juego.
Para la mayoría de los conservadores Madrid va a ser para Rajoy el mayor problema interno de cara a los próximos meses. Además, el espíritu, de antemano, es bastante derrotista. Dentro del Ejecutivo son varios los que piensan que da igual quien se presente a la candidatura del Ayuntamiento de Madrid porque está perdida y que la Comunidad también, a menos que haya un buen tándem. Conociendo a Rajoy nadie cree que el presidente pida a Ana Botella que deje su puesto y se enfrente así de nuevo a José María Aznar. Pero es que tampoco nadie le ve aceptando a Esperanza Aguirre como cartel después de que la líder del PP de Madrid dejara la presidencia del Gobierno regional cuando atravesaba uno de sus momentos más difíciles.
Ese será su futuro quebradero de cabeza. Un tema que, cuentan, tiene que estar resuelto para la vuelta del verano. Pero el jefe del Ejecutivo es de ir resolviendo problemas a medida que le van llegando y ahora toca europeas. Es su primer examen desde que alcanzó el Gobierno y consciente del voto de castigo que se puede llevar, se ha implicado mucho en esta campaña.Los que se encuentran tras las bambalinas están convencidos de que para esta convocatoria la corrupción y, en su caso, lo que va saliendo cada día de Bárcenas y de la supuesta caja b del PP, no les va a pasar factura.
"Felipe González no perdió las elecciones por los Gal sino por la crisis económica. José Luis Rodríguez Zapatero, igual. Y ahora lo que está por ver es si la gente se cree o no que la recuperación económica ha comenzado", dice un ministro. Tanto para el Gobierno como para el Partido Popular esa es la clave. Y no solo ahora. También para el año que viene.
Los populares dan por hecho que en las generales perderán la mayoría absoluta pero creen que pueden seguir en el Gobierno si son capaces de transmitir que la situación va a mejor y que el paro baja. Aunque para algunos el panorama que se pueden encontrar es muy complicado porque no podrán pactar con CiU y PNV. Y de ahí, que algunos hayan comenzado a hablar de la posibilidad de una gran coalición. Un tema que para varios diputados del PP, consultados por la Cadena Ser, solo ven posible si es "absolutamente imprescindible" y por "interés general".