El objetivo del viaje es el mismo que antes le ha llevado a Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Bahréin: ayudar a las empresas españolas a conseguir contratos y a captar inversiones aprovechando las buenas relaciones que el rey mantiene con las monarquías del Golfo. En esta ocasión le acompañan tres ministros: de Defensa, Pedro Morenés; Fomento, Ana Pastor; e Industria, José Manuel Soria y una nutrida delegación empresarial con intereses en Arabia Saudí. De hecho allí un grupo de empresas españolas públicas y privadas ganó en 2012 el concurso para construir y operar el AVE entre la Meca y Medina, el mayor contrato conseguido nunca por un consorcio español valorado en 7.000 millones de euros. Respecto al sector energético, Arabia Saudí es el mayor productor y exportador mundial de petróleo y es nuestro cuarto suministrador de crudo. Cabe subrayar la importancia del turismo saudí en España, como vehículo de acercamiento entre varias sociedades. Se trata de un turismo de calidad, con personas de alto poder adquisitivo que siguiendo el ejemplo del rey Fahd se instalan y veranean sobre todo en la Costa del Sol. En cuanto al país que recibe al rey, Arabia Saudí es una monarquía absoluta basada en las reglas que gobiernan una sociedad islámica en su interpretación más estricta. Declara que sólo el Corán es su Constitución, carece de parlamento y los partidos y sindicatos están prohibidos. Políticamente el poder se concentra en la familia real . Es uno de los países más activos aplicando la pena de muerte. Durante 2013 al menos 79 personas fueron ejecutadas públicamente en Arabia Saudí, según Amnistía Internacional.