Qué comer durante un partido de fútbol
- Café. Los que vivimos en Madrid este sábado no vamos a dormir, gane quién gane la final de la Champions League de Lisboa. Más vale entonces renunciar de antemano a la cama y tomarse unos cuantos cafés. Por cierto, debido al huso horario, algunos partidos del Mundial de Brasil aquí empezarán a medianoche. ¡Más café, por favor!
- Pizza. Hay pocas certezas en la vida y una de ellas es que Fútbol + Amigos siempre da como resultado una o varias pizzas para compartir. Si es posible, mejor hacerlas en casa al gusto. No, ni siquiera cuando bromeo puedo ser condescendiente con las tele-pizzas.
- Palomitas, frutos secos, pinchos de tortilla, aceitunas. Durante un partido tienes que poder comer con las manos y en posición semirreclinada (mesa no, sofá sí). Las variaciones sobre este tema pueden ser infinitas.
- Podrían ir en el párrafo precedente, pero las patatas fritas de bolsa se merecen un apartado sólo para ellas. No sé los demás, pero yo no soy capaz de ver el fondo de una bolsa de patatas fritas. Es más, esa bolsa es mía y la protejo más que la vida.
- Guacamole. Cuando en los momentos de tensión de un partido, pasamos de la posición semirreclinada a la punta del sofá podemos aprovechar para mojar unos totopos –es decir, trozos de tortilla fritos– en esa divina salsa de aguacate. Un bocado para cada salto.
- Si luego no eres de los que se conforman con el picoteo ni siquiera durante un partido de fútbol, tranquilo, también se puede comer una perdiz escabechada y un caldito de pollo civilizadamente sentado a la mesa. Lo importante es que este banquete dure el tiempo que dura el descanso.
- Ya tenemos café, pizza, palomitas, guacamole y caldito de pollo. Llegada a este punto del post, le he pedido ayuda a mi marido. ¿Qué más puedo poner? Me ha contestado de la siguiente manera: ¿Y la cerveza qué? Cierto, la cerveza.
- Una comida delante de la tele no es una comida si no acaba con un helado. Mejor quizás un gusto neutral, como crema o vainilla, así cada uno le echa encima lo que quiere. Mínima inversión, máximo resultado.
- ¿Y si el partido lo vemos en un bar? Volved al punto 7 sin pasar por la casilla de salida.
- Si ninguna de estas sugerencias suscita tu entusiasmo, la mejor opción es seguir un criterio gastronacionalista. Jamón ibérico contra rosbif o mejillones con patatas fritas contra moussaká. Puede ser divertido, aunque hay un 50% de probabilidad de que tu plato favorito te sepa muy amargo. Hace dos años, para la final de la Eurocopa, preparé una rica ensalada de pasta tricolor con tomatitos, mozzarella y aceitunas verdes y la “enfrenté” a una tortilla de patatas. Fue la única vez en las que la pasta me sentó muy mal.