Dos millones de refugiados iraquíes, al borde del abismo
ACNUR pide de forma urgente 350 millones de dólares para hacer frente al invierno
La ONG de ayuda a los refugiados de las Naciones Unidas, ACNUR, lanza una llamada desesperada al mundo. Necesitan 350 millones de euros para mantas y estufas que ayuden a pasar el invierno a los desplazados en Irak, pero sobre todo para material de primera necesidad y protección personal.
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La llegada del invierno es inminente en Irak. Pronto las temperaturas no superarán los 10 grados, llegarán las lluvias y convertirán el suelo en barro en los campos de refugiados de Irak. Por eso el tiempo corre en su contra. ACNUR, la ONG de las Naciones Unidas para la atención a los refugiados, pide ayuda a la sociedad internacional. Necesitan 350 millones de dólares con los que llevar a cabo una de las operaciones más grandes que han hecho nunca.
Lo más inmediato, según explica la propia ONG, es combatir el frío y las nevadas del invierno. Necesitan reforzar las tiendas de campaña y el resto de viviendas. Hasta el momento, ya han proporcionado 20.000 tiendas familiares adicionales en los 8 campos establecidos hasta la fecha, que acogen a 40.000 personas.
Además, están estudiando la posibilidad de abrir otros 19 más, ante la cantidad de iraquíes que se han visto obligados a abandonar sus hogares desde que comenzó la ofensiva del Estado Islámico. ACNUR calcula que sólo en este año el número de refugiados a aumentado hasta el millón ochocientas mil personas. Cifra a la que hay que sumarle los 215.000 sirios que han escapado de su país buscando ayuda en Irak.
Sin embargo, la mayoría de los desplazados no tienen cabida en los campos por la falta de recursos. La gran mayoría están siendo acogidos en escuelas, centros colectivos, edificios en construcción mezquitas, iglesias y colegios.
La ONG también está ayudando económicamente a aquellas personas que no pueden pagar su alquiler. Hasta el momento casi 2.000 familias han recibido esta aportación y está previsto que se alcance la cifra de 50.000 personas cuando acabe este año. Estas aportaciones permiten comprar a los refugiados todo aquello que consideren necesario y que la mayoría destina, precisamente, al alquiler.