Un día después... Rasgos de humanidad
Los periodistas tratan de arrancar a los ministros alguna declaración que se salga del corsé institucional y que haga aflorar en ellos algún rasgo humano. No es fácil

El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos(Reuters)

Habitualmente, la vicepresidenta y los ministros se parapetan tras la solemnidad de la mesa del Consejo. Con las banderas de España y la UE, y con el escudo dibujado en la pared situada tras ellos, los miembros del Gobierno tienden a dar respuestas muy institucionales.
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¿Cómo logra un periodista hacer asomar en los ministros algún rasgo de humanidad? La respuesta es: saltándose el tono también habitualmente de formal de las preguntas.
"Vicepresidenta, ministros... ¿No les da vergüenza pertenecer a una formación política en la que hay gente que se ha beneficiado de una caja que ha recibido unas inyecciones de 22.000 millones de euros del contribuyente?", preguntaba un periodista mientras Sáenz de Santamaría ponía cara de alarma.
La pregunta, un golpe directo, logró lo que buscaba: una repuesta sin corsé institucional. "Al primero que se le revuelve el estómago cuando ve las inyecciones de capital es al ministro de economía. Entiendo perfectamente la indignación de la sociedad española, la entiendo perfectamente", señalaba De Guindos con gesto realmente disgustado.
Escuchamos un tipo de contestación personal, muy excepcional en estas ruedas de prensa. Lo que sí es habitual, ocurre cada viernes, es que los ministros expliquen temas que ya nos han vendido dos y hasta tres o cuatros veces antes.
Últimamente han repetido protagonismo tras el Consejo de Ministros: la rebaja en las comisiones de las tarjetas de crédito, los avances de la reforma de la administración, la tarjeta única equina y, ayer volvió a la sala de prensa el micromezenazgo, más conocido como crowdfunding. El mismo ministro De Guindos nos dio la misma clase teórica el 28 de febrero pasado.
Temas repetidos en la exposición de los ministros y también, lo reconocemos, en las preguntas de los periodistas en una rueda de prensa que ayer duró 54 minutos.
Como novedad, aunque por muy poquito, hubo menos tiempo para la exposición de los ministros que para las preguntas de los periodistas: 26 minutos frente a 28 para la prensa. Una excepción que ojalá se convierta en sana costumbre.
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