El Gobierno considera «inútil» el «ejercicio antidemocrático» que se está desarrollando en Cataluña y estima que el comportamiento del presidente de la Generalitat, Artur Mas, durante la jornada «dificulta mucho el futuro». Según han subrayado fuentes del Ejecutivo, el proceso que se está viviendo en Cataluña no tiene efectos jurídicos y no va a suponer ninguna ventaja política para el presidente de la Generalitat. Por su parte, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha exigido la convocatoria de unas elecciones al Parlament de Catalunya «para poder construir una mayoría explícitamente independentista que nos lleve a la independencia de Cataluña». Juqueras, que preside un punto de votación en la jornada participativa del 9-N en Sant Vicenç dels Horts, localidad cercana a Barcelona donde es alcalde, ha dicho que «las cosas buenas es mejor no hacerlas esperar» y ha pedido la convocatoria de elecciones autonómicas. El líder de los republicanos ha asegurado que «la valoración es extraordinariamente positiva, está viniendo mucha gente y se nota la alegría y el optimismo con el que lo hace». «Estoy convencido de que esto es imparable (el proceso soberanista) y de que la jornada será un éxito y un paso más que tendrá el momento decisivo con la construcción de una mayoría parlamentaria explícitamente independentista que nos llevará a la independencia de Cataluña», ha dicho Junqueras. «Desgraciadamente esta jornada no genera un mandato democrático de los ciudadanos para la construcción de la independencia, ya que este mandato se debe generar a partir de unas elecciones», ha agregado. En contraposición, la presidenta del PPC, Alícia Sánchez-Camacho, ha calificado el proceso participativo del 9-N de «pucherazo antidemocrático» y «engaño masivo», por lo que ha instado al president Artur Mas a «tender puentes de diálogo» y «retroceder ante la ley», tras «traspasar una línea gravísima». La líder popular ha lanzado en Barcelona la nueva campaña del PPC, titulada «Tendamos puentes» y «Construyamos juntos», que ha presentado en un discurso ante los medios en los jardines del Hotel Juan Carlos I, donde a su espalda, en un puente sobre un lago del recinto, se han agrupado multitud de dirigentes y simpatizantes. «Algunos están engañando masivamente a miles de catalanes. Están diciendo que es una votación, peor. Hoy la mayoría del pueblo de Cataluña no va a formar parte de esa farsa en la que están convirtiendo los independentistas el proceso», ha dicho. Sánchez-Camacho ha recordado que el Gobierno impugnó la nueva consulta y el Tribunal Constitucional la suspendió, por lo que este proceso participativo «es una farsa sin garantías democráticas». Desde UPyD, su portavoz en Cataluña, Ramón de Veciana, ha acusado a Mariano Rajoy de entrar en «la hoja de ruta» del independentismo como un cooperador «necesario» y no ha descartado que su partido emprenda acciones judiciales contra él si el Gobierno no toma medidas contra la consulta «ilegal». De Veciana ha sido muy crítico con la «inacción» del presidente del Gobierno ante la jornada participativa que ha promovido la Generalitat para medir el apoyo social de los catalanes a la independencia y lo ha hecho en el marco de un acto público de UPyD en el paseo de Gracia para denunciar la «violación flagrante» de la ley al ser permitida una consulta suspendida por el Constitucional. El líder de Ciutadans, Albert Rivera, también ha hablado, advirtiendo que no se puede «caer en el error» de dar por buenos los resultados de un proceso participativo que es una «burla» a la democracia y un «fraude de ley», por lo que ha pedido al president Artur Mas que convoque elecciones para votar «de verdad». Coincidiendo con el proceso participativo del 9 de noviembre, Ciutadans ha celebrado un acto bajo el lema «Con la democracia no se juega» que ha congregado a unas 600 personas y en el que también han participado el eurodiputado de esta formación Juan Carlos Girauta y la abogada Carolina Punset. Rivera ha comenzado su discurso calificando la jornada del 9-N de un «día triste» para la democracia con el reto de un bloque soberanista que pretende «burlarla», con un Govern que actúa como «comité por la sedición» y un Ejecutivo que «no gobierna», «pasa de todo» y permite la celebración del proceso participativo. El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol y su esposa, Marta Ferrusola, han votado en el Instituto Montserrat de Barcelona con la única incidencia de un ciudadano que les ha increpado diciendo ¡Vergüenza! ¡vergüenza!, a lo que otro le ha replicado apelando al respeto hacia su figura. El matrimonio Pujol, que ha aguardado cola durante unos 30 minutos en la puerta del instituto, acompañados por una de sus nueve nietas, no ha querido hacer ninguna declaración a los periodistas. Pujol y su esposa han aguardado la tanda tranquilamente ante la indiferencia de los numerosos ciudadanos que también esperaban para votar, si bien alguno de ellos se ha acercado con amabilidad para saludarles. Tras participar en esta jornada, Pujol, no ha dado ninguna opinión sobre este 9-N y sólo se ha limitado a decir: «ya he votado».