Los 10 pueblos más bonitos de Madrid
La Comunidad de Madrid es mucho más que su capital. Emparedada por las dos Castillas en un atractivo entorno natural de sierras, mesetas, embalses y cuencas fluviales, este lazo castellano se convirtió en autonomía en 1983. Fue entonces cuando 179 municipios y 801 localidades y entidades menores pasaron a configurar el mapa madrileño. En ocasiones eclipsados por la cercana presencia de la capital de España, en la Comunidad de Madrid aún existen poblaciones con solera que han sabido preservar su belleza y patrimonio. Estos son los 10 pueblos más bellos de Madrid.
A los pies de Las Machotas y el monte Abantos, en pleno corazón de la sierra de Guadarrama, se encuentra el principal destino turístico de la Comunidad de Madrid fuera de la capital. San Lorenzo del Escorial fue fundado en el siglo XVIII por Carlos III, dos siglos después que sus vecinos de El Escorial; sin embargo, concentra un patrimonio histórico y cultural mucho mayor que éste. Su edificio más reconocido es el impresionante monasterio de San Lorenzo de El Escorial, ideado por el rey Felipe II y construido entre 1563 y 1584, se trata de una majestuosa construcción que forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1984. Otro lugar emblemático enmarcado dentro de este término municipal es el Valle de los Caídos, cuya construcción fue ordenada por Francisco Franco para, según el decreto fundacional de 1940 “...perpetuar la memoria de los caídos de nuestra gloriosa Cruzada”. No obstante, no todo es cultura en esta localidad, su cercanía con el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, con la estación de esquí de Navacerrada, y con las ciudades patrimoniales de Ávila y Segovia, le convierten en un lugar estratégico para planear una escapada de varios días.
El último pueblo al sur de la Comunidad, justo antes de adentrarse en la provincia de Toledo, es el Real sitio y Villa de Aranjuez. Atravesado por los ríos Tajo y Jarama, está población cercana a los 58.000 habitantes cuenta con un paisaje cultural al alcance de muy pocos municipios españoles. Entre sus lugares históricos e ineludibles están el Palacio Real, mandado construir por Felipe II en 1565; los jardines (Jardín del Príncipe, Jardín de la Isla, Jardín de Parterre, Jardín de Isabel II, etc.), la Casa del Labrador, la plazas de toros de 1796, y el museo de Falúas Reales, donde se conservan las pomposas embarcaciones para navegar por el Tajo que utilizaron reyes como Carlos IV, Felipe V, Alfonso XII o Isabel II. Si a todo esto les sumamos sus excelentes huertas de fresas y espárragos y el hecho de que sirviera de inspiración al maestro Rodrigo para su Concierto de Aranjuez, no es de extrañar que en 2001 pasase a formar parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad.
Completando la tripleta de pueblos UNESCO madrileños está Alcalá de Henares (205.000 habitantes). Con más de 2.000 años de historia, la antigua Complutum romana, es conocida como “la Ciudad del Saber” por su enorme aportación a la cultura universal durante los siglos XVI y XVII. La localidad natal de Miguel de Cervantes (1547-1616), autor inmortal de Don Quijote de la Mancha, cuenta con un espectacular patrimonio monumental concentrado en su casco histórico: palacios, iglesias, casonas, conventos, capillas, jardines, colegios mayores, etcétera. Asimismo, está histórica villa cuenta con algunas visitas imprescindibles como la Universidad, auténtico epicentro de la vida alcalaína; la casa natal de Cervantes (1547); o el Corral de Comedias, uno de los teatros más antiguos de España (1601). No obstante, uno no se puede marchar de Alcalá sin haber paseado por la calle Mayor y la plaza Cervantes, o sin tapear en alguno de los numerosos bares y restaurantes alcalaínos.
Perteneciente al municipio de Patones (518 habitantes), el núcleo urbano de Patones de Arriba destaca por la cuidada construcción de sus casas de pizarra. Este tipo de arquitectura negra se da en algunos pueblos de los alrededores, así como en la colindante provincia de Guadalajara, debido a la abundancia en la zona de esta roca. Patones de Arriba, que hasta el siglo XVIII perteneció a la localidad alcarreña de Uceda, destaca por el aprovechamiento de la vertiente montañosa en su disposición urbanística. En la parte más baja se sitúan las viviendas, de mampostería de pizarra en el exterior y dadas con llana de barro en su interior; a una altura intermedia se encuentra las viviendas auxiliares para el ganado caprino y ovino (tinados y arrenes), así como las cochiqueras para los cerdos; mientras que frente a los tinados se localizan las eras destinadas para la trilla del cereal. La antigua ermita de 1653 funciona ahora como oficina de turismo y el pueblo cuenta también con un ecomuseo de la Pizarra, que trata de explicar en qué consiste este tipo de arquitectura a través de diferentes rincones de Patones. Su declaración como Bien de Interés Cultural le ha otorgado la máxima protección que contempla la ley de Patrimonio Histórico Español, un hecho que sumado a la prohibición de entrar vehículos de motor al pueblo favorece la conservación de este precioso enclave del valle del Jarama.
“Chinchón: anís, plaza y mesón”…, así reza el dicho popular sobre uno de los pueblos con más solera de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, está localidad de la comarca de Las Vegas, a la que Alfonso XIII le otorgo el título de ciudad, cuenta con unos cuantos atractivos más que no se mencionan en el popular refrán. Es cierto que la vida del pueblo gira en torno a su plaza Mayor, una plaza medieval, cerrada y de forma irregular, con viejas galerías dinteladas y edificios de tres plantas con largas y angostas balconadas de madera. No obstante, el pueblo cuenta además con la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, el castillo, la Casa de la Cadena, el convento de las Clarisas, hoy Parador Nacional de Turismo, y muchos otros rincones como restaurantes o calles llenas de bonitas casas típicas e interesantes leyendas. La ciudad de la que se enamoró Goya es además un buen destino gastronómico, a parte de su renombrado anís, cuenta con excelentes vinos y aguardientes; un aceite de oliva de primera calidad; ajos finos y sabrosos y unos excelentes mesones, como el Mesón de la Virreyna, en plena plaza, el lugar indicado para probar las especialidades locales: judías chichoneras, los duelos y quebrantos, las migas a la pastora o la Sopa castellana.
Enclavado en el hermoso valle alto del Lozoya, a unos 1.100 metros de altitud y delimitado por dos cadenas montañosas, se localiza el municipio de Rascafría (1.870 habitantes), el cuarto con mayor superficie de toda la comunidad con 149, 80 km². Su gran extensión da cabida a uno de los paisajes más ricos de Madrid, ubicándose en sus dominios el Parque Natural de Peñalara, el Arboreto Giner de los Ríos, el monasterio del Paular, la estación de Valdesquí, y dos núcleos urbanos (Rascafría y Oteruelo del Valle). El entorno natural es de una extraordinaria belleza paisajística y las posibilidades de rutas son muy diversas: desde ascender al pico Peñalara, el techo de la Comunidad con sus 2.428 metros; hasta recorrer la mítica Cuerda Larga, en el límite sur del término municipal. En cuanto a patrimonio monumental, el pueblo de Rascafría conserva la arquitectura popular propia de la sierra de Guadarrama, contando con edificios emblemáticos como la iglesia parroquial de San Andrés Apóstol, del siglo XV; La Casona (siglo XIV), que funcionó como lazareto y hospital; las Serrerías Belgas, fundadas en 1840 y pertenecientes a la Sociedad Belga de los pinares del Paular; la antigua Casa de Postas (1726); el Ayuntamiento; la Casa de la Madera; y la Casa del Guardia de Los Batanes.
A casi 100 kilómetros de Madrid dirección norte se localiza La Hiruela, un pequeño pueblecito con apenas dos calles y 56 habitantes censados. Junto a Montejo de la Sierra, Prádena del Rincón, Puebla de la Sierra, y Horcajuelo, integra la sierra del Rincón, un espacio natural privilegiado declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. El mérito de este pueblo es haber sabido conservar intacto su tejido urbano original, unas casas de piedra, adobe y madera que apenas han sufrido alteraciones desde mediados del siglo XVIII. El Pilón, la Carbonera, el antiguo Colmenar, el molino harinero y el museo Etnográfico son algunas de las visitas más destacadas. No obstante, su espectacular entorno natural invita a adentrarse en la dehesa de la Hiruela, un bosque de abundantes robles, avellanos, abedules y enebros que en otoño luce en todo su esplendor; o subir hasta el mirador del Puerto, donde se contempla una vista espectacular del hermoso paisaje de esta región.
A los pies del puerto de Somosierra, en plena Sierra de Guadarrama, se ubica Buitrago de Lozoya (1.981 habitantes), un idílico meandro amurallado con el río Lozoya como foso de protección natural. Esta localidad es el mejor ejemplo de fortificación medieval que se conserva en la Comunidad de Madrid, siendo su recinto amurallado Monumento Nacional desde 1931. Precisamente, la muralla (del siglo XI) y el castillo (gótico-mudéjar del siglo XV) son los principales reclamos turísticos de un municipio declarado Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural en 1993.
De sobra conocido por el majestuoso castillo de los Mendoza, el mejor conservado de Madrid y uno de los más valorados a nivel nacional, el municipio de Manzanares El Real (7.731 habitantes) destaca por contar con uno de los entornos naturales más agraciados de la Comunidad. Con una vasta extensión de 128,4 km², esta localidad madrileña se encuentra integrada en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, donde se localiza el Ventisquero de la Condesa, lugar de nacimiento del río Manzanares. Además, esta localidad madrileña abarca espacios naturales muy significativos como La Pedriza o las Cabezas de Hierro, que comparte con el municipio de Rascafría. En el plano artístico, a parte del mencionado castillo de los Mendoza, importante muestra de la arquitectura militar castellana del siglo XV; cuenta con el llamado “castillo viejo”, del que quedan escasas referencias documentales y tan solo dos muros en pie. La Ermita de Nuestra Señora de la Peña Sacra, la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, la fuente de las Ermitas, el puente de la Cañada Real Segoviana, las pinturas rupestres de la edad de Bronce y los Molinos, son otras de las visitas más destacadas de Manzanares.
Fundado a principios del siglo XVIII por el empresario Juan de Goyeneche, el municipio de Nuevo Baztán (6.028 habitantes) le debe su nombre al valle de Baztán, en Navarra, comarca de nacimiento de Goyeneche. El acaudalado empresario se inventó una ciudad ideal en plena cuenca del Henares a partir de la apertura de una fábrica de vidrio, encargándole al arquitecto José Benito de Churriguera el diseño de los principales edificios y la distribución urbanística del pueblo. Aunque en un principio este experimento fabril tuvo un éxito relativo, Nuevo Baztán fue cayendo en el abandono poco a poco. A comienzos del siglo pasado se llevaron a cabo diversos intentos de rehabilitar el casco viejo, siendo declarado Monumento Histórico-Artístico en 1941. En el año 2000, el conjunto barroco formado por el palacio de Juan de Goyeneche y la iglesia de San Francisco Javier fueron proclamados Bien de Interés Cultural.
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