Ocio y cultura

Los 10 pueblos más bonitos de Asturias

En una comunidad con tres grandes ciudades históricas y monumentales -Oviedo, Gijón y Avilés- quedan aún numerosos pueblecitos de pescadores y aldeas de montaña que harán las delicias de quienes vayan buscando esa otra Asturias más recóndita y auténtica. Estos son 10 de los más recomendables.

Las casas de Cudillero se descuelgan por una empinada ladera como si las hubieran cosido a la montaña. Por sus calles no se camina, se escala. Y es que la exigua rada de este puerto, que desde el siglo XV mantuvo una de las más importantes flotas balleneras del Cantábrico, obligó a aguzar el ingenio a la hora de encontrar espacio disponible. Cudillero es el pueblo turístico más famoso de la costa del Principado.

Lastres fue siempre un pueblo lleno de encanto pero su fama se disparó desde que fue elegido para rodar los exteriores de la serie Doctor Mateo. Se organiza en torno a una compleja red de pequeñas, estrechas y enrevesadas callejuelas pobladas por casas con corredores de madera y galerías acristaladas, típicas de la arquitectura popular asturiana. Paso obligado es la Calle Real, donde mejor se pueden contemplar las casas populares.

Bordeando la carretera que va en paralelo a la ría de Villaviciosa aparece otro de esos deliciosos pueblos pesquerostípicos asturianos. No queda mucho de su flota artesanal, pero sí se conservan las calles empinadas típicas de estos núcleos marineros. Hay muchos restaurantes y sidrerías donde probar buen pescado y marisco de la ría. En la playa se localizan varias huellas de dinosaurio.

Uno de los pueblos de Asturias con mayor concentración de arquitectura indiana. Un estilo constructivo importado por los asturianos que emigraron a América y se hicieron ricos allí. En una de estas hermosas mansiones, la Quinta Guadalupe, cuya fachada azul destaca sobre el resto, se instaló en 1987 el Archivo de Indianos, un museo y centro de investigación sobre la emigración asturiana a América en los siglos XIX y XX.

El único pueblo habitado sin acceso por carretera que queda en España está en la canal del Texu, a 649 metros de altitud, en plena senda de ascenso a Vega de Urriellu y la base del Naranco de Bulnes. Tiene censados a 23 vecinos. Bulnes fue un emblema para generaciones de montañeros. Desde que se abrió un funicular los vecinos, y los numerosos turistas, ya no necesitan hacer a pie la senda que lo comunicaba con el resto del mundo.

Pionero del turismo rural, Taramundi fue históricamente una localidad de artesanos del hierro: en 1900 había 200 ferreiros en el pueblo. Por fortuna la tradición de la forja se ha conservado y aún hoy existen artesanos que trabajan a mano el acero para producir los famosos cuchillos y navajas de Taramundi. El pueblo tiene un casco pequeño y compacto con numerosas viviendas antiguas hechas con la típica mampostería de piedra si tallar y tejados de lajas de pizarra.

A cuatro kilómetros de Taramundi aparece este pueblo, que quedó abandonado en la frondosidad de un estrecho valle. Se restauró dentro del plan dinamizador de la zona de los Oscos-Eo y hoy es un perfecto ejemplo de aldea rural astur. Conserva el sistema de ingenios hidráulicos por el que mediante la fuerza de gravedad del agua se mueve el mazo, la piedra de afilar, el molino, el batán y hasta una pequeña central hidroeléctrica.

Otro de los pueblos costeros más bonitos del Principado además de uno de los puertos históricos más importantes del occidente asturiano. Y uno de los pocos lugares del mundo donde los muertos gozan de mejor vistas que los vivos gracias a la panorámica situación de su cementerio. Luarca se hizo famosa por la actividad de su flota durante la época en que aún se pescaban ballenas en el Cantábrico.

Pese a haber crecido mucho, Ribadesella mantiene un interesante casco antiguo en la margen derecha de la ría del Sellaque aún conserva antiguas callejas de trazado medieval y otras muchas correspondientes al ensanche decimonónico. Buena parte de ellas son peatonales lo que contribuye  a que siempre haya buen ambiente y muchas y animadas terrazas. El centro de esta zona histórica es la plaza reina María Cristina, donde está el antiguo el palacio de Prieto-Cutre, hoy sede del Ayuntamiento.

Aunque el barrio alto mantiene el entramado urbano y la tipología constructiva de un pueblo típico astur dedicado durante siglos a la ganadería de montaña, lo que hace bello a Sotres es su ubicación, en un espectacular paraje de alta montaña en el corazón de Picos de Europa. Hoy sus cerca de 200 habitantes viven ya más del turismo que de los animales, pero aún se cuida el ganado como antaño y se hace queso de Cabrales en las numerosas cuevas vecinas.

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