El Barça se encariña del gol

El 3-1 del partido de ida contratastaba con los planes de Marcelino, que lejos de bajar los brazos decidió dar descanso a medio equipo en el heroico empate del Barnabéu. El Barcelona cambió lo mínimo posible, solo dio paso a Rafinha por Rakitic.

Una tímida mascletá dio inicio al partido y los jugadores de Villarreal salieron como caballos de carreras en el Grand National. Hasta dos llegadas pusieron a temblar a la zaga blaugrana, cuyo sufrimiento sin embargo no duró mucho más. En el minuto tres el Barcelona trenzó una buena jugada, Messi filtró un balón y Neymar batió al meta con un sutil toque por arriba. El plan de Marcelino estaba derruído.

A partir de ese momento el Villarreal y su centro del campo se apoderó de las escrituras del partido. El Barcelona se esfumó con el gol, pensando que el rival tenía que marcarle cuatro. Pina, Trigueros y Jonathan comenzaron a asociarse con facilidad y empezaron a llegar las ocasiones. Cheryschev fue el primero en poner a prueba a Ter Stegen, que frustró al ruso en una parada de mucho mérito.

Uche tuvo otra buena llegada pero su disparo se estrelló contra el exterior de la red. El Barça seguiá desaparecido y mientras tanto Vietto y Uche hacían de las suyas, en plena siesta blaugrana llegó el empate, merced a un centro desde la banda izquierda que Jonathan acertó a rematar en el segundo palo. Ilusión para el Villarreal, que volvió a creer, sin embargo la imagen de la primera mitad fue la escalofriante lesión de Busquets tras un involuntario pisotón de Pina

Tomás Pina entierra las opciones locales

Los caballos castellonenses volvieron a galopar con fuerza en la reanudación y el Barcelona le vio las orejas al lobo, aunque ahí seguían sus centrales, afanados en achicar balones por arriba y por abajo. Vietto pudo empatar de cabeza pero su balón salió por encima de la meta de Ter Stegen. Pudieron apretar la serie los de Marcelino pero su segundo tanto no quiso llegar. Y sus opciones desaparicieron del todo cuando Tomás Pina arrambló a Neymar por detrás y vio una más que ganada tarjeta roja.

La superioridad amarilla dejó de ser efectiva en la medular y el partido cambió tanto que parecía el Barcelona el necesitado. Empezó a atacar casi por inercia y comodidad. Salió Xavi para manejar el partido y llegó el segundo, el que terminó de matar la eliminatoria. Mascherano se disfrazó de Koeman y dejó solo a Suárez delante de Asenjo, al que regateó con frialdad y terminó batiendo pese a llegar Neymar con la intención de quitarle el gol.

Así fue languideciendo el partido, con más brusquedad que fútbol, faltas contantes y con visitas varias del árbitro a los banquillos. Pero el partido aún debía otro gol a Neymar tras su hurto fallido a Suárez, y con el partido muerto remató un buen servicio de Xavi y terminó con otro doblete.

A favor del Villarreal hay que decir que nunca dejó de buscar el gol, en una serie que no ha hecho sino volver a reconocer su exquisito gusto por el fútbol. El Barcelona espera rival de lo que salga entre el vecino y el Athletic, Luis Enrique ya puede hablar de finales.